Tal día como hoy del año 1229, hace 792 años, la escuadra naval promovida por el conde-rey Jaime I, zarpaba del puerto de Salou en dirección a la isla de Mallorca, en aquel momento bajo dominación islámica. El ejército de Jaime I estaba formado por docenas de barcos (militares y mercantes) que transportarían unos 17.000 efectivos (15.000 peones y 2.000 caballeros), procedentes, casi exclusivamente, de Catalunya. Poco antes, las Cortes del reino de Aragón se habían negado a financiar aquella empresa, y la participación aragonesa en la conquista de Mallorca había quedado limitada a media docena de personalidades vinculadas a la casa real.

La empresa mallorquina se había proyectado el año anterior (1228) en casa del armador tarraconense Pere Martell, personaje muy bien relacionado con Jaime I, que actuó como nexo entre las élites mercantiles y las oligarquías nobiliarias catalanas. En la negociación de aquella empresa se comprometieron las principales personalidades del país, que aportaron los recursos necesarios para materializar la campaña. Entre los principales promotores estaban Aspàreg de la Barca, arzobispo de Tarragona y tutor de Jaime I durante su minoría de edad; los obispos de Barcelona y de Girona; y los condes del Rosellón, Cerdanya y Empúries.

Posteriormente a la conquista —y expulsión de la población musulmana—; se procedió al reparto en función de las aportaciones negociadas con anterioridad. Eso explica el origen exclusivamente catalán de la colonización de Mallorca. La mayoría de las tierras fueron asignadas a los principales magnates de la empresa, que las repoblaron con colonos procedentes de sus feudos (Camp de Tarragona, Empordà, Rosellón y Cerdanya). En cambio, la ciudad de Palma, fue asignada a las élites mercantiles catalanas, que habían financiado la empresa. En aquel momento se produjo el establecimiento de la judería de Palma, formada con familias judeocatalanas procedentes de Barcelona y de Tarragona.