Tal día como hoy del año 1724, hace 297 años, en Madrid, Felipe de Borbón —el primer Borbón hispánico— era coronado por segunda vez rey de España. Unos meses antes (15/01/1724) —después de veinticuatro años de reinado y de una mortífera guerra de sucesión— había abdicado en favor de su hijo primogénito Luis de Borbón, que sería coronado como Luis I. Pero el primogénito de Felipe V enfermó acto seguido. Según la versión oficial sufrió una viruela que lo condujo a la muerte en tan solo ocho meses (31/08/1724). Pero la investigación historiográfica apunta claramente a una enfermedad venérea de consecuencias devastadoras.

Antes de su coronación Luis I había protagonizado varios escándalos públicos, que eran conocidos en todas las cortes de Europa a través de la correspondencia que los diplomáticos enviaban a sus cancillerías. Según esta correspondencia, Luis era el mejor cliente de los prostíbulos de peor reputación de Madrid. Las carrerillas entre Luis y su círculo de amistades —que escapaba del palacio por la noche—, y la guardia real que los acosaba por las calles de la capital española; eran frecuentes, y a menudo habían culminado en escenas grotescas que, una vez conocidas a través de esta correspondencia diplomática, eran el hazmerreír de todas las cancillerías europeas.

En el momento en que se produjo la muerte de Luis I (1707-1724) el régimen borbónico español valoró la posibilidad de coronar a Fernando, segundo hijo de Felipe V y de su primera esposa, la difunta Luisa Gabriela de Saboya. En aquel momento, Felipe ya estaba del todo afectado por una enfermedad mental congénita y hereditaria que le impedía no solo gobernar; sino, incluso, tener una vida normal. Pero la corta edad de Fernando (solo tenía once años) y, sobre todo, las maniobras y las intrigas de Isabel Farnese (la segunda esposa de Felipe V y enemiga acérrima de los hijos del primer matrimonio); les inclinó a devolver el primer Borbón al trono.