Tal día como hoy del año 1942, hace 81 años, en Barcelona, moría Enric Morera i Viura, que había sido el compositor musical más destacado del movimiento cultural de la Renaixença catalana. Escribió medio centenar de partituras para la escena, numerosas obras sinfónicas y conciertos; pero sería conocido, sobre todo, por sus sardanas: fue el compositor de “La Santa Espina”, “Les fulles seques”, “La sardana de les monges” y “L’Empordà”. También destacó como pedagogo: fue el autor del Tractat Pràctic d’Harmonia. Según la investigación musicológica, la obra de Enric Morera se adscribe a la estética neorromántica del nacionalismo musical catalán.

Enric Morera había nacido el año 1865 en Barcelona, en la calle del Cometa, 4 (muy cerca de la antigua puerta de Regomir, en el Barri Gòtic). Pero cuando tenía dos años (1867) su familia emigró a Buenos Aires y allí, de la mano de su padre, el músico Antoni Morera i Gorgs, dio sus primeros pasos en el mundo de la música. En 1880, con tan solo quince años, ya era uno de los compositores más conocidos de Buenos Aires, y el gobierno argentino le encomendó la composición del "Himno a la Patria" y "Mayo". En 1881 volvió a Barcelona con su familia y, poco después, se marchó un tiempo a Bruselas a completar su formación musical.

La investigación musicológica considera que Enric Morera fue el músico con más talento y que mejor sirvió a los ideales del teatro lírico modernista catalán. Fue un firme defensor de la producción lírica en catalán y con un estilo propio. Para Morera la actividad lírica no consistía en repetir los mismos esquemas del género castellano, sino que se tenía que ofrecer un tipo de espectáculo total y de alto nivel artístico. Morera compuso la mayor parte de su música imbuido por el movimiento del posrromanticismo germánico, denominado renovación wagneriana; y el lenguaje de su obra se caracterizó por su carácter vivo, directo y natural, y por un fuerte sentimiento popular.