Tal día como hoy del año 986, hace 1.034 años, en Aquisgrán (actualmente en el land alemán de Rhin del Nord-Westfalia) era coronado Luis V, que sería el último rey de los francos de la dinastía carolingia y el primer monarca francés que no recibiría el juramento de vasallaje del conde de Barcelona. La cruenta guerra civil en la corte de Aquisgrán entre las diferentes ramas menores de la casa real, había convertido a Luis V, en la última esperanza de la estirpe carolingia.

Por este motivo, sus padres (los reyes Lotari y Emma) lo casaron —con tan sólo quince años— con Adelaida d'Anjou, que tenía treinta y cinco años y ya era dos veces viuda. Aquel matrimonio político (982) tenía el propósito de consolidar la alianza entre la casa real carolingia y la casa condal de Fulco de Anjou (denominado "el Halcón Negro"); que tenía el dominio sobre un amplio territorio en el valle bajo del Loira. No obstante, cuando fue coronado ya se había divorciado (984).

Aquella separación empeoró el paisaje político francés: los poderosos Anjou no lo aceptaron, y pasaron de aliados a enemigos de Lluís V. En aquel contexto, Luis V no tuvo bastante política para reclamar al conde Borrell de Barcelona el juramento de vasallaje (que no lo había prestado a causa de la negativa de Lotari a auxiliar los condados catalanes durante el saqueo de Almansur). De esta forma, se produjo la independencia de facto de los distritos condales de Barcelona, Girona, Osona y Urgell (985-987).

Luis V, nombrado el indolente, se convertiría en la manifestación más evidente de la decrepitud carolingia. Murió sin descendencia legítima el 987 a causa de una misteriosa caída del caballo. Fue sucedido por Hugo Capeto, miembro de una rama menor de la estirpe carolingia lucha con la casa real. Y esta sería la definitiva causa que esgrimiría el conde de Barcelona (que también era miembro de una rama menor de la casa real); para negar el juramento de vasallaje a la nueva casa real franca.