Tal día como hoy del año 2000, hace 25 años, en Barcelona, era asesinado Ernest Lluch i Martín, profesor universitario, exmiembro del grupo los 10 de Alaquàs (representantes de la Taula Democràtica del País Valencià, organismo unitario de oposición al franquismo), exportavoz del Partido Socialista de Catalunya en el Congreso de los Diputados, exdiputado en el Congreso en tres legislaturas, exministro de Sanidad y Consumo en los primeros gobiernos de Felipe González. Ernest Lluch fue asesinado a las diez de la noche en el garaje de su casa, en la avenida de Xile. Los agresores —un comando de la organización terrorista ETA— le dispararon dos tiros mortales en la cabeza, que le entraron por el cuello y por la sien y le afectaron, de forma irreversible, el cerebro.
Ernest Lluch, nacido en Vilassar de Mar en 1937 en una familia de la burguesía barcelonesa refugiada en el Maresme durante la Guerra Civil (1936-1939), era un reconocido vascófilo, enamorado de los paisajes naturales, de los pueblos y de las ciudades, de la cultura, de la lengua, de la historia y de la proyección hacia el futuro de Euskal Herria. Había vivido en Donostia y conocía profundamente la tragedia que, para la sociedad vasca, representaba el fenómeno de la violencia. Se había pronunciado, en repetidas ocasiones, a favor de una salida dialogada y negociada del conflicto vasco, y, en contacto con personalidades del mundo de la cultura, de la enseñanza y de la política vascas, había sido un firme y destacado defensor de los derechos humanos y de la paz en Euskal Herria.
El asesinato de Ernest Lluch causó una gran conmoción en la sociedad catalana. Tres días después, el día 24, más de un millón de personas se concentraban en el paseo de Gracia, en Barcelona, para condenar aquel asesinato y reclamar al ejecutivo español la apertura de vías de diálogo para acabar con el fenómeno de la violencia. En aquella gran manifestación, encabezada por los presidentes de los gobiernos de Catalunya y de Euskadi (Pujol e Ibarretxe) y por el presidente del Gobierno español y el líder de la oposición (Aznar y Rodríguez Zapatero), la periodista Gemma Nierga, al tomar la palabra desde el estrado, pronunció una frase, dirigida a los gobernantes, que tenía una fuerte carga crítica y que acabaría teniendo una gran trascendencia: “Ustedes que pueden, dialoguen”.