Se están publicando desde el pasado domingo una serie de wasaps cruzados entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su anterior mano derecha en el partido, ya que ocupaba la poderosa secretaría de organización del PSOE, el exministro de Transportes José Luis Ábalos. Como suele suceder siempre que se producen este tipo de filtraciones, y en España, lamentablemente, está a la orden del día desde hace muchos años que eso suceda, los que se sienten beneficiados aprovechan para sacar el mayor partido posible y el/los que se sienten perjudicados hacen bandera de una privacidad que, en otras ocasiones, ellos no respetaron. Por en medio, los que salen citados, que nunca salen bien parados y que no quedan indiferentes. Todo apunta a que esto no ha hecho nada más que empezar y que, al igual que hemos leído opiniones del presidente sobre barones socialistas como Fernández Vara (extremeño), Susana Díaz (andaluza), Emiliano García-Page (manchego) o Javier Lambán (aragonés) que, sin ser comentarios escandalosos, son suficientemente ácidos y tienen la pimienta oportuna para ser algo más que incómodos para quien los realiza, iremos leyendo wasaps fuera del perímetro socialista. Y a lo mejor hasta hay algo más que opiniones desagradables.
Aunque es un terreno resbaladizo, voy a dar mi opinión como periodista, claro está. En primer lugar, no hay que confundir nunca conversaciones privadas con conversaciones íntimas. Se está tratando de confundir a la gente con la distinción entre conversaciones privadas de carácter íntimo con simples conversaciones privadas, entre dos personas, que sí son relevantes y claro que se pueden publicar. En realidad, el periodista se rige por el interés informativo, con independencia de si quien se las da ha podido o no cometer un delito de revelación de secretos. Pero ¿estamos seguros de que no se las dio el propio Ábalos? El famoso “Luis sé fuerte” era un wasap de Mariano Rajoy siendo presidente del Gobierno a Luis Bárcenas, extesorero del PP implicado en el caso Gürtel, la trama de corrupción vinculada a los populares, y que pasaría casi dos años en prisión entre 2013 y 2015. El “Luis sé fuerte”, abrió las portadas de todos los medios del país y de manera especial las de los progresistas afines de España… los mismos que ahora se rasgan las vestiduras.
El "Luis sé fuerte" de Rajoy abrió las portadas de todos los medios y de manera especial las de los progresistas que ahora se rasgan las vestiduras con Sánchez
Lo mismo sucede, desde hace años, con los interminables audios, correos o notas del excomisario José Manuel Villarejo, una fuente inagotable de datos y sobre la que todo el mundo ha ido publicando, en momentos diferentes, lo que han tenido a bien facilitar los poseedores de los discos duros con la información encriptada. Nadie se ha planteado que se esté cometiendo delito alguno. Está el caso Ferrerasgate, como se conocen las grabaciones del excomisario Villarejo que incluían conversaciones con Antonio García Ferreras, director de La Sexta. En estas grabaciones, Ferreras discutía la difusión de una noticia falsa sobre una supuesta cuenta bancaria de Pablo Iglesias en un paraíso fiscal. La Sexta abordó este asunto en sus programas, reconociendo la existencia de las grabaciones y generando un debate sobre la ética periodística y la veracidad de la información publicada. Acabo: la reciente filtración de conversaciones a través de la aplicación Signal del secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, sobre una investigación del Pentágono. Estas conversaciones, enviadas por error a un periodista de The Atlantic, revelaban detalles sensibles sobre operaciones militares en Yemen y opiniones sobre aliados europeos. La publicación de esta información se justificó por su impacto en la seguridad nacional y la política internacional.
Podríamos hacer extensible la lista de lo que han hecho unos y otros, pero me parece que es innecesario, ya que los interesados en estos debates conocen los casos perfectamente. En un mundo en que lo que cuenta cada vez más es el relato, me resisto a que las redes mediáticas nos arrastren por este camino en vez de a un debate. Si se acaba teniendo claro el interés informativo, el hecho de que haya más o menos morbo no puede condicionar la publicación. El PSOE, que ha amagado con llevar este caso a los tribunales, no lo ha hecho hasta el momento y ha señalado que seguirá estudiándolo. Es, sin duda, lo mejor que pueden hacer, ya que se ahorrarán un dinero en un caso que nunca van a poder ganar. Y eso que lo más doloroso, según el boca a oreja que tan rápido circula por la Villa y Corte, no ha hecho más que enseñar sus primeros mensajes.