Este lunes faltarán nueve meses para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que se celebrarán el 5 de noviembre, y mucho tienen que cambiar las cosas para que Joe Biden, que acaba de cumplir 81 años y ya es el presidente de más edad que ha ostentado el cargo, sea capaz de darle la vuelta a las encuestas que vaticinan un retorno de Donald Trump a la Casa Blanca. El inicio de las primarias demócratas, celebradas este fin de semana en Carolina del Sur, han hecho evidente la desmovilización del partido y su rechazo, silencioso, a un nuevo mandato de Biden: la participación demócrata ha bajado un 75% respecto al 2020.

Aunque es cierto que Biden no ha tenido rival, ya que ha aplastado a sus dos rivales con el 96,2% de los votos y una circunstancia así siempre resta participación, la desmovilización de la base demócrata ha sido mucho más alta de lo esperado. Una encuesta dada a conocer este domingo por la cadena de televisión NBC News le sitúa con el 37% del respaldo popular, alrededor de 20 puntos menos que Trump, a la pregunta de quién de los dos está más capacitado para dirigir la economía de EE.UU. Trump también aventaja ampliamente a Biden en la gestión migratoria (32 puntos) y en capacidades físicas y psicológicas para gobernar (23 puntos). Por todo ello, la cadena NBC News concluye que Trump ganaría las elecciones si se celebraran ahora por cinco puntos de diferencia (47% frente a 42%).

Lo más preocupante de la situación para Biden es que mes a mes se va confirmando un sentimiento: el votante demócrata tiene escasa confianza en el presidente, dando a veces la impresión de que el apoyo a Trump tiene mucho que ver con la incapacidad que se le presume al inquilino de la Casa Blanca. Comete torpezas con tanta asiduidad que es difícil dejar atrás esta impresión. Algo que le castigan los jóvenes y que se ve reflejado en asuntos como la guerra de Gaza, donde solo un 15% de los votantes menores de 35 años aprueban la gestión de Biden y su férreo apoyo a Israel.

 El peligro Trump no es hoy un titular alarmista, sino un riesgo real en la principal economía mundial

Aunque estos son los fríos datos, esta perspectiva electoral en el horizonte es hoy mucho más motivo de preocupación que de satisfacción en el mundo. El peligro Trump no es hoy un titular alarmista, sino un riesgo real en la principal economía mundial. Las dosis de populismo que se vieron en el pasado y su política antisistema en muchas ocasiones, sin importarle quedarse fuera de las líneas rojas de la democracia —invasión del Capitolio en enero de 2021—, fue motivo de debate en el emblemático Foro de Davos, el principal encuentro mundial con la economía como eje central. La propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, no ha tenido tapujo alguno a la hora de afirmar que un nuevo mandato de Trump sería una amenaza.