El hecho de que 36 horas después del gran apagón producido en la península ibérica en la mañana del lunes y que se alargó, en muchos sitios, durante más de 14 horas, las autoridades españolas sigan sin descartar ninguna hipótesis sobre lo sucedido, sitúa en el limbo de la rumorología cualquier conclusión definitiva que se pueda realizar. La vuelta a la normalidad deja demasiados interrogantes y, quizás, el más preocupante es si puede o no volver a suceder lo mismo. Si ha habido un ataque de ciberterrorismo, el juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama ha acordado abrir diligencias previas para investigar si el apagón general en la red eléctrica española pudo ser un acto de sabotaje informático en infraestructuras críticas españolas, evidentemente puede volver a suceder. Quizás por ello se investiga como un delito de terrorismo. El operador del sistema eléctrico estatal, Red Eléctrica, en cambio, lo descarta y viene avalado por el CNI, que descarta que haya una brecha de ciberseguridad. La única versión del gestor de la infraestructura es que todo apunta a dos desconexiones seguidas en un punto aún por determinar del suroeste de España, muy probablemente en una estación de placas fotovoltaicas.

Pero la respuesta a la pregunta de si puede volver a suceder, lamentablemente, solo puede ser afirmativa, ya que si no sabemos las causas no podemos estar seguros de que la reacción sería diferente. ¿Estamos ante una negligencia humana o una falta de previsión? No es descartable que haya habido una mala gestión y que el relato gubernamental de dejar abiertas todas las posibilidades tenga más que ver con mantener un cierto relato de la confusión, algo que encajaría perfectamente con la manera de hacer del ejecutivo español. Porque si el CNI descarta el ciberataque no veo la necesidad política de seguir insistiendo, a menos de querer evitar que todos los focos se acaben posando en Red Eléctrica, un holding español que actúa en el mercado eléctrico internacional como operador del sistema eléctrico y que tiene en la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) a su principal accionista, con el 20%. Creada en 1985, gestiona toda la red de transporte de energía eléctrica (alta tensión), pero no realiza distribución de energía eléctrica (baja tensión). Al ser el primer accionista la SEPI, el segundo es Amancio Ortega con el 5% y el resto es de cotización libre en los mercados financieros españoles, la presidencia la nombra el gobierno español —en estos momentos, la exministra socialista y registradora de la propiedad, Beatriz Corredor— igual que buena parte de los miembros del consejo de administración.

Contemplemos la opción de la mala gestión como la hipótesis más plausible y es posible que por ahí vayan muchas de las indagaciones futuras

Contemplemos, por tanto, la opción de la mala gestión como la hipótesis más plausible y, por ahí, es posible que vayan muchas de las indagaciones futuras que se realicen. Veremos si la Audiencia Nacional no lo acaba reenfocando hacia aquí o qué acaba haciendo la Unión Europea a la que se ha dirigido el gobierno de Portugal pidiendo que haga una auditoría independiente para esclarecer el apagón. A diferencia del lunes, y quizás por las críticas a la información facilitada en aquellas horas por el gobierno de España, Pedro Sánchez ofreció este martes una rueda de prensa con preguntas que duró unos 40 minutos. Evidentemente, no soluciona el apagón informativo del día clave, el lunes, cuando las necesidades y la preocupación de la ciudadanía eran otras y mucho más angustiosas. Pero los políticos reaccionan así, con acciones pendulares y en función de las críticas recibidas. Es verdad que el lunes no podían darse grandes certezas, tampoco se han dado el martes, pero acompañar con la comunicación a las incertidumbres de la ciudadanía también es una de las labores del gobierno.

Dos últimas reflexiones sobre Rodalies y nucleares. No por ser casi siempre la situación de Rodalies de una cierta vergüenza ajena, en esta ocasión se puede dejar de señalar su comportamiento. A las 20 horas de este martes, aseguraba que los técnicos seguían trabajando para recuperar la oferta habitual de cara a mañana, miércoles, desde el inicio de la jornada. Pocos comentarios merece. Quizás las declaraciones del ministro Óscar Puente, asegurando hace unas semanas que no se podían realizar más actuaciones en la red, ya que supondría tenerla parada durante seis meses no eran una boutade y sería lo mejor. Seis meses horribles y solucionar el problema. Ahora, cuesta contar los años que llevamos padeciendo la tortura que supone la red ferroviaria de Rodalies. En segundo lugar, las nucleares. Veremos donde se esconden los detractores de las nucleares a partir de ahora. ¿Alguien se imagina, realmente, demagogias al margen, prescindir de ellas?