Difícilmente se puede viajar a Barcelona y estar menos tiempo aunque uno sea presidente del Gobierno. Mariano Rajoy consiguió ser la noticia de apertura de todos los informativos de radio y televisión catalanes y españoles, de todos los diarios digitales y este miércoles lo será también de los diarios de papel. Todo ello con menos de dos horas de estancia en la capital catalana. Y eso que en la carpeta solo trajo promesas de inversiones, la gran mayoría para Rodalies, que en buena medida eran un remake de diversos anuncios del presidente José Luis Rodríguez Zapatero que hace ya más de cinco años que abandonó el Palacio de la Moncloa. Por cierto, ZP está como en su segunda juventud: le elogia Susana Díaz y Rajoy desempolva su memorándum catalán.

Ahora que de la Operación Diálogo nadie se acuerda y casi nadie se atreve a mentarla, entre otras cosas, porque ya ni tan siquiera la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría acude al despacho de la calle Mallorca, sede de la Delegación del Gobierno, desde donde debía mover los hilos para revertir la irritación catalana con el Ejecutivo español, Rajoy ha pedido a los empresarios que le ayuden a devolver la moderación a los catalanes. Y, sobre todo, el seny. Ese seny que oyendo a Rajoy deambula como perdido y que hoy parece tener un único propietario con tres camisetas diferentes: Partido Popular, Ciudadanos y PSC. El poseedor de la cuarta camiseta, Unió Democràtica, la ha entregado junto con las siglas y se ha disuelto por quiebra económica. Curiosa apropiación del seny cuando se instrumentaliza por los que procesan a cuatro miembros de un govern, entre ellos el president Artur Mas, por poner urnas de cartón en un proceso participativo, e instan a que se abra causa judicial y se investigue (antes era se impute) a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y a tres miembros más de la Mesa de la Cámara catalana. 

La oferta de Rajoy en infraestructuras es hoy por hoy irrelevante. Primero porque las cifras anunciadas solo cubren el 50% de lo que en febrero de 2012 la entonces ministras del ramo Ana Pastor reconoció como deuda con Catalunya y, segundo, porque los precedentes de anuncios similares no ayudan a mantener vivo un gran optimismo. Lo cierto es que la red de Rodalies no puede esperar mucho más y no hay día en que no se produzca un incidente de una u otra índole. He dejado para el final el acto en sí, celebrado en el Palau de Congressos. Las clamorosas ausencias del sector financiero -ningún representante relevante- y del empresariado catalán son la mejor respuesta sobre cuál es el grado de irritación con el actual gobierno español. En la lista distribuida por los organizadores cuesta encontrar representantes del Ibex o de la empresa familiar. Tan solo los que no suelen faltar a este tipo de actos: los presidentes de la Cambra de Comerç, Foment, Pimec o empresarios muy afines al Partido Popular. Ese detalle, muy significativo, debería ser motivo de reflexión en la Moncloa. Mucho más que los minutos de radio y televisión o las portadas de los diarios de este miércoles.