¿Cuánto tiempo podrá permanecer en el cargo el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria? ¿Unas horas, unos días...? El ministro canario se sabe ya un cadáver político y su partido parece prepararse para un funeral rápido después de que se hiciera evidente que no había dicho la verdad en relación con los papeles de Panamá y se confirmara su posición como administrador en empresas en paraísos fiscales. Aunque ha pedido comparecer en el Congreso de los Diputados el próximo lunes, el cúmulo de informaciones en contra casi pueden acabar haciendo innecesaria su presencia. PSOE, Podemos y, con diversos matices, Ciudadanos, van a exigir su dimisión, haciéndose evidente la soledad del PP. Lo mismo harán los catalanes de Esquerra Republicana y Democràcia i Llibertat así como otros grupos parlamentarios de izquierdas.

Además, la posición entre los populares tampoco es monolítica y muchos dirigentes han hecho saber al partido por diferentes conductos que la situación de Soria "es insostenible". Este caso es, por motivos personales, especialmente doloroso para el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. Máxime después de que en la entrevista que concedió a Jordi Évole en el programa Salvados a principios de mes aseguró que se sentiría responsable de corrupción si la cometiera "alguien nombrado por mí". El ministro Soria bordea esta posición a partir de sociedades en paraísos fiscales coincidiendo con etapas anteriores de su vida pública, como durante su paso por la alcaldía de Las Palmas.

El hecho de que el escándalo del ministro Soria coincida con la situación más grave de vacío político en España desde el inicio de la democracia, con un gobierno en funciones desde el 20 de diciembre y con la perspectiva de nuevas elecciones el próximo 26 de junio, otorga al caso una especial gravedad. Y se suma a una nueva semana negra para el PP que se inició con la detención del alcalde de Granada, José Torres Hurtado.

El temor en el PP en estos momentos es que las encuestas realizadas hasta la fecha no estén detectando con suficiente intensidad los cambios electorales y la posición del partido en el Gobierno sea menos sólida de lo que indican los sondeos. En cualquier caso, el PP está obligado a ofrecer una respuesta contundente y clara a la mayor brevedad posible. Sea dolorosa o no.