Los empleados de la banca española se enfrentan al recorte de plantilla más grande de los últimos años. El auge de la digitalización, las fusiones y los efectos de la Covid-19 sobre los balances de las entidades han acelerado unos planes de reestructuración que ni se habían visto durante la última crisis financiera. Las diferentes voces sindicales y fuentes financieras consultadas por la ACN apuntan que hay más de 17.000 puestos de trabajo en peligro –incluyendo una eventual fusión del BBVA y el Sabadell, ahora parada-, aunque ciertos estudios elevan la cifra a más de 20.000. Incluso en el escenario menos pesimista, la destrucción de empleo sería la más dura desde el 2009, primer ejercicio del cual se tienen datos.

Para los sindicatos, la preocupación de los trabajadores del sector está "en máximos históricos"

Las dos entidades que han anunciado los mayores recortes son, a estas alturas, el Banco Santander y el Banco Sabadell. El grupo presidido por Ana Botín quiere despedir cerca de 4.000 trabajadores –un 13% de su plantilla- y cerrar en torno a 1.000 oficinas en todo el Estado. Al mismo tiempo, la entidad tiene intención de reubicar a 1.090 empleados más, aunque este colectivo no abandonaría el banco. En este caso, la voluntad del Santander es la de reubicarlos en otras sociedades del grupo. En lo referente a la entidad presidida por Josep Oliu, el nuevo plan de reestructuración presentado a finales de octubre contempla el despido de 1.850 trabajadores en el Estado, un 40% de los cuales se encuentran en Catalunya.

El impacto es todavía mayor en el capítulo de las fusiones. A pesar del baile de cifras, la afectación es incuestionable. La fusión entre Bankia y CaixaBank, aprobada por los consejos de administración de ambas entidades, supondría la eliminación de 5.750 puestos de trabajo y de más de 1.400 oficinas, según Barclays. Otras fuentes del sector sitúan la cifra cerca de los 8.000 empleados, que equivale al número de trabajadores de más de 52 años que suman las dos entidades. Y en el capítulo de operaciones para cerrar aparecen las posibles fusiones del BBVA y Sabadell i d'Unicaja y Liberbank. En el primer caso, sin embargo, las dos entidades han cerrado ahora las conversaciones y descartan por ahora la absorción: fuentes sindicales apuntaban a un recorte de 5.000 puestos de trabajo. En el segundo la cifra se sitúa en torno a los 750 trabajadores.

Sumando todas las cantidades –y en caso de que las fusiones se acabaran completando- la reducción de plantilla en el sector sería, como mínimo, de 17.350 empleados, 12.350 sin la integración del Sabadell y el BBVA. Según los datos que recoge el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, sería la peor recorte de los últimos 12 años, o como mínimo tan malo como el de entonces.

Al cierre del mes de octubre, el número de afiliados a la Seguridad Social dentro del sector "activos financieros y seguros" en el Estado era de 318.770 personas. Si todos los recortes anunciados se acabaran efectuando –está previsto que las reestructuraciones se efectúen a lo largo del 2021-, el sector cerraría 2021 con poco más de 301.000 trabajadores en el mejor de los casos. Eso supondría un descenso del 5,4% interanual, una caída que superaría la que se registró el año 2012, cuando el recorte fue del 5,2% interanual. La reducción de plantilla sería ligeramente menor en caso de que el Sabadell no forme parte de ninguna operación de concentración y que los 5.000 empleados de la entidad y el BBVA que los analistas consideraban que serían excedentes, se mantuvieran.

Preocupación máxima entre los trabajadores

Aunque los recortes no son nuevos en el sector –desde el 2009 se han eliminado cerca de 70.000 puestos de trabajo, según los datos de afiliación en la Seguridad Social- las reestructuraciones preocupan a los trabajadores. "Los anuncios de ahora sobrepasan los peores momentos de la crisis financiera", asegura Víctor Miravete, responsable estatal del sector financiero de la Unión General de Trabajadores (UGT). Y si bien es cierto que la pandemia ha tenido un impacto significativo en el balance de los bancos, los sindicatos no acaban de entender algunas actitudes de los directivos. "Hace unos meses que los consejeros delegados nos daban las gracias por nuestro esfuerzo y dedicación durante la pandemia, y ahora nos lo compensan en forma de expedientes de regulación de empleo", lamenta Miravete. Por otra parte, el representante sindical de UGT es consciente de que la digitalización avanza, pero también cree que algunas entidades se están precipitando. "Nos da la sensación que algunos bancos están avanzando más deprisa en los planes de reestructuración que en digitalización," alerta.

La situación también es diferente para cada grupo de edad. En estos procesos de reestructuración, sindicatos y expertos coinciden en distinguir tres: los jóvenes de menos de 35 años, los trabajadores de un perfil más 'senior' que sobrepasan los 50 años y el colectivo de entre 35 y 50 años. Para el profesor emérito de la Universidad Pompeu Fabra, Xavier Freixas, el grupo que tendría que estar más preocupado es el último. "Si eres joven y tienes una buena formación, es más fácil reciclarse, y si te encuentras cerca de la jubilación, tampoco tienes demasiadas opciones", comenta. "Lo que más me preocupa es la gente que ya acumula una carrera lo bastante importante en la banca y a quien le es más complicado reciclar-se", añade Freixas.

Desde los sindicatos alertan de que casos como el Santander preocupan especialmente, ya que varios trabajadores de entre 35 y 50 años podrían verse afectados por el ERE anunciado. Hay que recordar que la entidad con sede en Madrid completó a principios de 2020 un recorte de más de 3.000 puestos de trabajo en el Estado, la mitad de los cuales se produjeron por la vía de las prejubilaciones.

Expectación por las condiciones de los expedientes en el escenario post-pandemia

Otra de las preocupaciones de los trabajadores del sector bancario radica en las condiciones de los planes de prejubilación y los expedientes. "Tradicionalmente, las condiciones que hemos conseguido han sido suficientemente buenas para que los cambios de vida laboral no supongan una conmoción", sostiene al responsable del sector financiero de Comisiones Obreras, Joan Sierra.

Ahora, los sindicatos notan una "presión" por parte de las entidades, que quieren reducir las indemnizaciones y los complementos derivados de los despidos. "Eso ya no se debe exclusivamente a la pandemia, pero esperamos que los cambios sean pequeños", comenta Sierra. "Al fin y al cabo, si no se mantienen unas condiciones adecuadas, no se producirá un proceso de salida que siempre queremos que sea voluntario", concluye.

Catalunya, una de las comunidades más afectadas

Aunque las entidades todavía no han facilitado datos de la afectación por territorios –únicamente lo ha hecho el Sabadell- desde los sindicatos aseguran que Catalunya será uno de los territorios más afectados por los recortes. "La afectación en el territorio será de los más importantes del Estado, por no decir la más importante", apunta Sierra. La cifra de trabajadores en peligro se incrementaría de forma notable si hubiera acabado prosperando la fusión entre el BBVA y el Sabadell. En Catalunya, el BBVA tiene bajo su paraguas seis de las diez antiguas cajas catalanas (Catalunya, Tarragona, Manresa, Sabadell, Terrassa y Manlleu), mientras que el Sabadell se quedó con Caja Penedès.

Por otra parte, los precedentes apuntan a un mayor recorte de plantilla lejos del área metropolitana de Barcelona. Según los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, el sector bancario catalán ha reducido un 20,2% el número de trabajadores entre 2009 y 2020, un ritmo superior a la media española (-17,8%). No obstante, la caída del empleo en Barcelona ha sido del 17,4%. En las demarcaciones de Tarragona y Girona, en cambio, la caída ha sido del 36,1% y del 32,2%, respectivamente, mientras que la bajada en Lleida ha sido del 29,6%.

Un futuro con más recortes

Buena parte de los recortes al sector bancario se concentrarán en el 2021, pero los expertos apuntan que los despidos seguirán. "Habrá mucha afectación este año, pero la digitalización seguirá creciendo y los despidos se mantendrán", defensa Freixas. No obstante, el profesor emérito de la UPF también indica que el sector apostará por la contratación de nuevos perfiles como informáticos, físicos o matemáticos, hasta ahora poco habituales en las entidades.