Europa respira aliviada, pero no demasiado. Este jueves se había convertido en un día D energético por el continente europeo, ya que el gasoducto Nord Stream 1, propiedad de la empresa rusa Gazprom, que hacía días que estaba parado por obras de mantenimiento, ha reactivado su flujo de gas ninguna Alemania. Se trata de un suministro de gas fundamental para el país europeo, aunque, por extensión, tenía en todo el continente con el corazón en un puño. Sin embargo, ¿por qué? La posibilidad de que las tensiones con Rusia por su invasión en Ucrania llevaran al Kremlin a cortar el grifo del gas como chantaje ha estado cerniendo desde que empezaron las obras. Sin embargo, es una celebración amarga porque por ahora el gasoducto está funcionando al 30% de su máxima capacidad, según ha confirmado Klaus Müller, presidente de la Agencia de la Red Federal para la Digitalización, la Neutralidad Climática y la Resiliencia de Alemania.

Desde el 11 de julio el gasoducto Nord Stream 1 está parado por tareas de mantenimiento, las obras ya estaban planeadas de meses atrás, pero el contexto político ha cambiado profundamente. El tercio del gas que consume Alemania proviene del suministro ruso y este gasoducto es su principal puerta de entrada. Estas cifras justifican las preocupaciones del gobierno alemán, que ya había tenido que afrontar recortes en el suministro por parte de Rusia anteriormente. Los recortes se produjeron justamente después de la invasión rusa en Ucrania, aunque la empresa rusa la justificó alegando problemas técnicos.

Finalmente, este jueves por la mañana, los miedos de Alemania se han disipado ligeramente, pero no del todo. Ni para el país germánico ni para el resto de la Unión Europea, que sufre por el "chantaje" del Kremlin con el gas ruso, como lo ha definido la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen. La venganza por las sanciones europeas en las acciones rusas puede comprometer el suministro de gas, hecho por el cual la Unión ya se está preparando y el pasado miércoles anunció medidas como la reducción de un 15% el consumo de gas en toda la UE.

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Mapa del abastecimiento de gas en Europa / María López Moya

El periplo de la turbina

La gran excusa que hubiera justificado que Gazprom no abras el grifo del gas ruso ninguna Alemania era una pieza clave: una turbina. Desde hacía días que esta pieza clave estaba desaparecida del mapa. Hace menos de 24 horas, Gazprom remarcaba que "todavía no ha recibido ningún documento oficial de Siemens que permitiría la entrega del motor de la turbina gasística". La empresa rusa alegaba que este era su principal impedimento para cumplir con su compromiso de reactiva el flujo de gas.

Sin embargo, la compañía rusa no dejó escapar la situación para culpar a las sanciones europeas de la situación con la turbina. En un comunicado, afirmaban que "el actual régimen sancionador impuesto por el Canadá y la Unión Europea" impedía el envío a tiempo de esta pieza clave. Finalmente, las sanciones no han impedido que llegara la turbina que hacía solo unas horas, Gazprom juraba que no tenía.