Luz, gas y carburante continúan con precios récords mientras varias asociaciones de consumidores reclaman medidas que alivien el impacto de este encarecimiento, el cual puede tener consecuencias nefastas para los colectivos más vulnerables, según informa Efe. Por su parte, el Gobierno planea reaccionar a esta subida de los suministros energéticos rebajando la carga fiscal sobre la electricidad.

El precio de luz ha llegado a su máximo histórico, 94,63 euros/MWh, solo superado por el precio que se llegó con el temporal Filomena. En el caso de los carburantes nos situamos en precios tan altos como los registrados el año 2014.

Todo sucede poco después de que el Gobierno implante la controvertida reforma de la factura de la luz, la cual ha dado disparar un 42% el recibo de la electricidad los primeros días de junio con respecto a lo mismo del año pasado. La asociación de consumidores FACUA pide al gobierno de Sánchez avanzar el horario de la tarifa valle de las 00:00 a las 22:00 horas, según recoge Efe.

Respuesta de urgencia

El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, ya dijo ayer que el Ejecutivo daría una respuesta "más bien que tarde" a la "exorbitante" subida de los precios de la electricidad. La respuesta del gobierno la ha concretado estos jueves el ministro de Consumo, Alberto Garzón, quien ha dicho que el gobierno está estudiando una reducción del IVA sobre la electricidad, del 21% al 10%.

Por su parte Teresa Ribera, vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, también ha asegurado que el Ejecutivo español no descarta volver a suspender algunos impuestos, como ya hizo en el 2018, cuando ante una escalada de precios, suspendió durante seis meses el impuesto a la generación eléctrica del 7% y desactivó el "céntimo verde" para los combustibles destinados a producción eléctrica.

 

 

El impacto del mercado del CO₂

Entre los motivos que justifican el encarecimiento de las facturas de los suministros energéticos se encuentra el incremento de los precios del mercado de derechos de emisiones de CO₂. Se trata de pagos que recaen sobre las centrales que emiten dióxido de carbono. Los derechos de emisión de CO₂ cotizan desde principio de mes más del doble de lo que hacían en junio de los años 2020 y 2019. Todo esto encarece el precio final de los servicios.