En las últimas semanas todas las miradas están centradas en el aumento desbocado del precio de la luz, pero esta subida tiene el origen en el precio del gas, donde está el verdadero problema. El Gobierno ya ha admitido que tiene miedo por la posible falta de suministro de gas de que podríamos vivir este invierno. ¿Por qué? ¿Qué está pasando en este mercado y como nos puede afectar?

 

El aumento del precio del gas

En los últimos meses el precio del gas se ha multiplicado por una sencilla razón: la oferta no ha podido seguir el ritmo de la demanda y eso ha hecho hinchar los precios. Por una parte, ha aumentado la demanda porque hemos reactivado la economía después de la covid, hemos vivido episodios climáticos extremos (que cada vez serán más habituales) y Asia ha aumentado mucho la demanda porque desde Europa lo estamos obligando a reducir su actividad con el carbón.

Por otra parte, la oferta también ha cambiado y el principal motivo es geopolítico. Rusia, el principal suministrador europeo de gas, ha cambiado las prioridades por cuestiones geoestratégicas. Ahora, Rusia está cogiendo como cliente preferente las potencias asiáticas y, en particular, China. Si bien es cierto que en Asia hay más demanda y el precio que pagan es más elevado, el motivo real de este cambio es la batalla geopolítica que ya hace años que dura.

"La cuestión se basa en por dónde tiene que pasar el gas que nos viene de Rusia: si por Ucrania como ahora o si ponemos en funcionamiento un gasoducto que va a Alemania", explica el economista Josep Lladós.

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Posible falta de suministro este invierno

Partiendo de esta base, no sería extraño que este invierno nos quedáramos sin suministro. Y es que el estado del mercado puede poner en escaque las reservas de toda Europa.

El Gobierno está preocupado y ya ha admitido que ha aumentado un 20% las reservas de gas natural de cara al mes de enero. Además, los consumidores también notaremos la subida en los recibos de final de mes.

"Lo que tengo claro es que hay un riesgo de que los precios del gas no vuelvan a la situación anterior y eso, evidentemente, impacta en la competitividad del tejido productivo, el precio de la electricidad y con respecto a la inflación y macroestabilidad económica," explica el experto.

El cambio cabe a renovables

Para Lladós, esta situación tan extrema tiene que hacer reflexionar España y la Unión Europea sobre la urgencia de la transición que cabe a energías renovables. Aunque nuestro país tiene un potencial enorme en este sentido, el Estado está en la cola europea.

Parque eólico para producir energía renovable. Foto: Pixabay

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