Pimec ha propuesto este martes una tasa "universal y progresiva" sobre el dióxido de carbono que incentive la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Así se extrae del informe 'Catalunya frente al cambio climático', presentado por el presidente de Pimec, Josep González; el presidente de la Comisión de Energía de la patronal, Joan Vila, y el director del Observatorio Pimec, Modest Guinjoan.

González ha urgido a trabajar con inmediatez para crear conciencia entre el empresariado del problema del calentamiento global: "Necesitamos que la administración haga de palanca y lidere esta lucha contra el cambio climático".

La patronal defiende que la tasa sea progresiva -quien más emite, más paga-, universal y sin excepciones, fiscalmente neutra -los ingresos obtenidos deberían impulsar inversiones contra el cambio climático-, intensa, transparente y con protección de fronteras a través de aranceles de dióxido de carbono a los productos que entran de la UE.

Esta tasa es uno de los diez objetivos con los que la patronal catalana pretende disminuir los gases de efecto invernadero en Catalunya reduciendo las emisiones registradas en 2017 un 31%, pasando de las 45 gigatoneladas (millones de toneladas) de dióxido de carbono en ese año a las 31 en 2030, y a 0 en 2050.

Vila ha puntualizado que, siguiendo los objetivos de la UE, el reto debería situarse en reducir las emisiones en 2030 hasta las 24 gigatoneladas: "No nos vemos capaces de asumir este objetivo".

Los grandes esfuerzos se centrarían en la industria, pasando de las 13,8 gigatoneladas en 2017 a las 7,6 en 2030; en el transporte, con una reducción de 12,7 gigatoneladas a 8,3, y en el sector energético, que con la parada nuclear de 2030 y el déficit productivo que se generará aumentaría sus emisiones en 2030, pasando de 6,6 a 8,1 gigatoneladas, y las eliminaría completamente en 2050.

Decálogo

Además de concienciar a la población y pedir a la administración que sirva de ejemplo en esta lucha, otros objetivos son incorporar requerimientos de eficiencia energética en la construcción y transformar el sector eléctrico en renovable, implantando de forma extensiva el autoconsumo con energía fotovoltaica.

También hacer el sistema productivo más eficiente energéticamente, impulsar de cara a 2030 que el 30% de los coches sean de cero emisiones -1,2 millones de vehículos-, 150.000 puntos de carga de baja potencia y el aumento del transporte público.

Completan el decálogo la renovación de 50.000 viviendas anuales y de 5.000 locales terciarios con el fin de dividir por 10 sus emisiones en 2050, favorecer la transición del consumo privado hacia bienes y servicios energéticamente eficientes y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los ámbitos.