La Confederación Empresarial de la Provincia de Tarragona (CEPTA) ha pedido que las administraciones reactiven la construcción de obra pública con el fin de disminuir el paro en la demarcación. Según el jefe de gabinete de estudios técnicos de la CEPTA, Juan Gallardo, el mercado de trabajo no se normalizará hasta que la construcción no vuelva a crecer, ya sea con equipamientos, infraestructuras o residencias. La patronal ha estudiado la economía tarraconense desde el año 1950 hasta el 2018 y ha concluido también que la industria no tiene mucho margen de crecimiento en las comarcas tarraconenses. Tampoco el sector terciario, a excepción que se materializaran grandes inversiones, como podría ser el complejo de Hard Rock Entertainment World.

Gallardo ha comentado que las políticas de austeridad son un freno para el estímulo de la actividad, y eso ha hecho que la construcción todavía no haya acabado de salir de la crisis iniciada a finales de la década pasada. Por esta razón ha pedido que las administraciones pongan en marcha proyectos de construcción de equipamientos e infraestructuras. Respecto a las residencias, ha apuntado que se trata de un tema "complejo" que habría que analizar municipio a municipio, pero sí que ha señalado que la bolsa de vivienda "está muy mal repartida", ya que hay pisos sin vender en zonas con un bajo crecimiento demográfico o destinadas a segundas residencias, y en localidades donde crece la población hay poca oferta.

Del análisis de la economía tarraconense, desde la CEPTA han puesto en valor la buena "convivencia" entre el sector químico, el energético y el turístico, un hecho bastante único por todo el Estado. En este sentido, el jefe del gabinete de estudios técnicos ha manifestado que el punto de encuentro entre estos sectores son las demandas de mejora de infraestructuras porque suponen una mejora de la posición competitiva de la industria y del sector servicios.

Con respecto al estudio de la evolución de la economía de la demarcación en los últimos casi 70 años, desde la asociación empresarial han concluido que ha ganado musculatura, productividad y eficiencia. De todos modos, el peso que han tenido los diferentes sectores se ha modificado sustancialmente. El sector primario, por ejemplo, suponía un 23% del Valor Añadido Bruto (VAB) de la demarcación, que cayó hasta el 1,47% del 2016.

La demarcación primero se industrializó, especialmente en los años 60 y 70, al pasar del 14% el año 1950 al 36% en 1980. Desde entonces ha ido perdiendo peso en beneficio del sector servicios, que ha crecido hasta el 66,8% en el 2016. De todos modos, Gallardo ha asegurado que no hay un procés de desindustrialización en Tarragona. De hecho, el peso de la industria en la demarcación superior al del resto de Catalunya (21,5%) y al del resto del Estado (17,6%). Con todo, desde la CEPTA han remarcado que en los últimos 70 años el PIB per cápita de la demarcación siempre ha estado entre los 10 más altos del Estado y ha calificado de "gran desconocida" la potencia de la economía tarraconense.