El mercado laboral no ha tocado fondo después de la destrucción de empleo histórica de 223.700 puestos de trabajo en tres meses que muestra la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2020, según economistas y expertos en el mundo del trabajo consultados por la ACN.

El deterioro puede empeorar durante el verano teniendo en cuenta el rebrote de contagios y las dudas sobre como acabará la temporada turística. "Los datos son peores que los de la crisis del 2010 y todavía no hemos llegado al fondo", apunta el catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la UB, Jordi García. "Ya han pasado cinco meses y en lugar de estar en la fase inicial (de la recuperación) tenemos serias preocupaciones por si nos vuelven a encerrar", dice.

El futuro de las personas incluidas en un Expediente Temporal de Regulación de Empleo (ERTE) es uno de los elementos que más preocupan a los analistas del mercado laboral. "Si los afectados por ERTE no se han reincorporado a estas alturas, es muy probable que muchos de estos trabajadores no vuelvan el trabajo", prevé García, que dice que "el gran temor" de los expertos es qué pasará una vez se acabe la prórroga de los expedientes el 30 de septiembre.

También será entonces cuando se pueda analizar la repercusión de la ausencia de los millones de turistas extranjeros sobre la economía después de las restricciones anunciadas por el Reino Unido y las recomendaciones de no viajar a Catalunya de países como Francia o Alemania.

De momento, los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran "cifras sin precedentes" con un descenso del 6,48% de ocupados, cosa que deja el número de trabajadores en 3.227.500 personas y la tasa de paro en el 12,8%. En un año, se han destruido 203.700 puestos de trabajo, de los cuales 149.300 en los servicios y 51.400 en la industria.

Afectación laboral real

Estos datos no reflejan totalmente el impacto real de la Covid-19 sobre el mundo del trabajo. Entre abril y junio se han perdido 223.700 puestos de trabajo, pero los parados sólo han subido en 61.300 personas. En la categoría de ocupados se incluyen los millares de afectados por ERTE que, ahora mismo, no tienen el puesto de trabajo asegurado, según los expertos. El gran alcance de los ERTE también se demuestra en la reducción de horas trabajadas durante este segundo trimestre, que en España han caído un 22%, porcentaje superior al aumento del paro.

Si se analiza la caída de las horas trabajadas y el incremento de inactivos –que han crecido en 166.000 personas por la dificultad para buscar trabajo durante el confinamiento– se concluye que la sacudida de la Covid-19 es más fuerte de lo que muestra la tasa de paro, del 12,8%, explica Raül Ramos, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona (UB). De hecho, según los datos que ha publicado el economista Florentino Felgueroso, la tasa subiría hasta el 36% si se añaden los desanimados, los que no buscan ni desean trabajar y los afectados por ERTE.

Parte del aumento de inactivos son jóvenes que no se han podido incorporar al mercado de trabajo, un hecho que se puede considerar coyuntural, pero los que tengan una edad próxima a la jubilación tendrán "muchas dificultades" para encontrar trabajo, según Ramos.

Previsiones

"Parecía que la situación en verano mejoraría y que la recuperación en 'V' sería posible, pero ahora ya queda totalmente descartado. Muchos economistas decían al inicio de la pandemia que tardaríamos tiempo en recuperarnos y los datos lamentablemente lo están confirmando", dice el catedrático de Economía Aplicada a la UB, que asegura que la recuperación en otoño dependerá de si una segunda oleada es generalizada o si se puede reactivar la actividad industrial con los pedidos de otros países.

A finales de año, la tasa de paro real puede superar el 20% e, incluso, acercarse 25%, asegura el economista y catedrático de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) Sergi Jiménez, que prevé un choque "muy fuerte" del empleo y dificultades de recuperación en muchos sectores. "Las implicaciones de perder entre un 12 y un 15% del PIB son muy fuertes", recuerda. "Llegará el invierno y será realmente duro, porque todavía tendremos mucha incertidumbre, la gente no sabrá si tiene Covid o un resfriado y nos encontraremos con un paro disparado", afirma.

Medidas urgentes

Ante esta situación, los economistas reclaman a las administraciones actuaciones urgentes. El catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la UB Jordi García pide, primero de todo, "medidas puramente sanitarias" que no sean "quedarnos en casa" para poder tener los contagios controlados y poder mantener la actividad económica. "Los responsables políticos han tenido tiempo para hacer programas de contingencia de manera anticipada", remarca.

A continuación, García pide identificar líneas de gasto prioritario como la sanidad, la educación o la competitividad empresarial, gestionar los recursos de "manera eficiente" y evitar que la situación se convierta en una excusa para "generar toda la deuda del mundo". "Hace tiempo que avisamos de que la situación se está complicando e irá a peor. Hemos perdido muchos meses. Necesitamos tomar medidas ya, porque si esperamos que lleguen los fondos europeos no llegaremos a tiempo y si esperamos que acaben los ERTE, tampoco", dice García.

En la misma línea, Oriol Amat, vicedecano del Col·legi d'Economistes, reclama al Estado que ponga todos los esfuerzos por "salvar las empresas" sin tener en cuenta los incrementos de deuda o de déficit. "Estamos hablando de una crisis muy profunda pero que se espera que sea de duración corta. (..) Hay que alargar los ERTE, los préstamos del ICO y el ICF poniendo más dinero y menos papeles y ayudas directas que intenten incidir en el modelo económico", ha añadido el también catedrático de Economía Financiera en la UPF.

Según Jiménez, las posibilidades de recuperar el mercado laboral a corto plazo "son bajas" y, por eso, hay que pensar a "largo plazo" para intentar que en la próxima crisis la economía "sea más sólida". "¿Por qué sufren menos las economías del norte? Porque están menos especializadas en turismo", explica. "Hacen falta medidas a largo plazo y apostar por la industria, los servicios, el sector tecnológico", añade.