El grupo de moda Mango volvió a entrar en pérdidas el año pasado, con un resultado negativo de 110 millones de euros, a causa de las restricciones derivadas de la pandemia de coronavirus, que de forma temporal obligó a cerrar buena parte de las tiendas de la multinacional en todo el mundo. La compañía, que en el 2019 obtuvo un beneficio neto de 21 millones de euros y unas ventas de 2.374 millones, la cifra más alta de su historia, registró en el 2020 una caída de la facturación del 22,4%, hasta los 1.842 millones.

Este descenso fue especialmente acusado en las tiendas físicas, con una caída de las ventas del 43%, que pudo ser parcialmente compensado por el auge del comercio online, que creció un 36% y supone ya el 42% de la facturación del grupo, un porcentaje muy superior al 24% de 2019.

"Auténtica bestialidad"

En un encuentro con periodistas en Palau-solità i Plegamans, donde Mango tiene su cuartel general, el consejero delegado de la firma, Toni Ruiz, ha calificado de "auténtica bestialidad" esta caída de las ventas, que se explica porque gran parte de las tiendas estuvieron cerradas el año pasado una media de 70 días, mientras que una cuarta parte de la red pudo operar "con muchas restricciones".

"Nos encontramos con que casi todas las tiendas tuvieron que cerrar de un día para el otro", ha explicado Ruiz, que ha recordado que hubo un momento en que "el 80% de la plantilla estaba en ERTE" (expediente de regulación temporal de ocupación). A día de hoy, la marca todavía tiene medio millar de establecimientos cerrados y "mucha gente" en ERTE, principalmente en países como Alemania, el Reino Unido o los Países Bajos.

En este escenario de auténtica excepcionalidad, el objetivo de Mango fue "sobrevivir" y salvar de la mejor manera posible un año que empezó bien, con previsiones de un nuevo récord de ventas, pero que a partir de marzo, coincidiendo con el inicio de la pandemia, registró "dos o tres meses de absoluto paro", en los cuales a duras penas se vendió por los canales físico y digital.

Optimismo

A pesar de la fuerte caída de las ventas, Toni Ruiz se ha mostrado "razonablemente contento" con el resultado obtenido. Según ha explicado, una parte importante de los efectos derivados de la caída de los ingresos se mitigó gracias a la gestión de los equipos de compras, que llevaron a cabo cambios en la estructura de las colecciones existentes y lanzaron otras nuevas, de acuerdo con las nuevas necesidades de los clientes, como la ropa deportiva.

Además, Mango consiguió una reducción de los gastos operativos por valor de 230 millones gracias a una renegociación de las rentas de alquiler de las tiendas y un ajuste de personal, con la salida de más de 2.000 personas, principalmente personal de tienda con contratos temporales que no fueron renovados.

Inversiones

A pesar de las dificultades, Mango invirtió el pasado año 27 millones de euros, destinados principalmente a su transformación digital, y amplió su red de tiendas con 43 nuevos puntos de venta, consiguiendo los 2.221 además de 110 países. La compañía llevó a cabo 150 aberturas durante 2020 en ciudades como Viena, Kiev, Manchester, París o Amberes, y actualmente cuenta con una superficie de venta total de 790.000 metros cuadrados.

Los últimos meses, Mango ha lanzado su primera línea especializada en textiles y artículos del hogar, que estará disponible en línea a partir del segundo trimestre de este año, y ha decidido eliminar Violeta, su marca de ropa femenina de tallas grandes, para integrarla dentro de la línea principal de Woman, que ha ampliado su oferta hasta la talla 54.