Las baterías de coche eléctrico finalmente no vendrán a Catalunya, pero lo que sí lo hará es un laboratorio de microchips impulsado por la multinacional Intel. Concretamente, Barcelona contará con un laboratorio pionero de diseño de microchips de Intel, que invertirá 200 millones de euros, a los que el Gobierno sumará otros 200, para la ciudad a la vanguardia en el desarrollo de estos elementos, claves para la economía global, como ya hemos visto, por ejemplo en el sector automovilístico. Este nuevo laboratorio estará dentro del Barcelona Supercomputing Center tras el acuerdo alcanzado con Intel en el marco del Perte de los microchips, de donde saldrán los fondos públicos para el proyecto. Para poner en marcha el proyecto, la firma estadounidense y el Gobierno aportarán 20 millones de euros anuales en los próximos diez años y se pondrá en marcha de forma inminente con la contratación inicial de entre 250 y 300 trabajadores.

Esta decisión de Intel situará a Catalunya al frente de la innovación de estos elementos, que se han convertido en un sector clave para la nueva economía del siglo XXI para la economía y en el que la competencia es muy fuerte alrededor del mundo. Además, hay que apuntar que es un sector poco desarrollado en Europa y al que la UE quiere poner especial atención y conseguir una buena cuota de mercado.

Según ha explicado a EFE el director del Barcelona Supercomputing Center (BSC), Mateo Valero, que urge a empezar a contratar y a ponerlo en marcha "lo antes posible". Valero ha asegurado que el acuerdo con la multinacional se ha fraguado poco a poco, gracias a la colaboración que mantienen desde hace tiempo, y ha destacado que "se acabó cocinando" este martes en Davos entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el consejero delegado de Intel, Pat Gelsinger.

El director del BSC ha puesto en valor que los fondos europeos de recuperación económica vayan a servir para atraer la misma cantidad en inversión privada. "Nos aliamos con la mejor empresa de diseño de chips del mundo para crear puestos de trabajo de alto nivel en España, que gastarán su dinero aquí y pagarán también aquí sus impuestos. Y todo en un tema pionero a nivel mundial. Es una aventura que vale la pena vivir", ha apostillado.

El proyecto supone una apuesta por la computación a zetaescala, una tecnología mucho más potente que la actual, tras años de colaboración entre el centro de supercomputación catalán en la arquitectura a exaescala. A partir de ahora, el director del Centro de Supercomputación espera que se pueda empezar a contratar "lo antes posible" al personal de alta cualificación que se requiere para que el laboratorio se ponga en marcha cuanto antes. Valero se ha mostrado optimista, pese a las dificultades que existen para atraer talento, y ha asegurado que, si las cosas van bien, esta contratación inicial de 250-300 empleados "puede crecer infinito". "Partimos de una buena masa crítica para hacer cosas en un mercado que es muy difícil -el de los chips de alta velocidad- porque la competencia es enorme y en el que Europa no produce nada. Ese es el contexto", ha señalado.

Atraer una o dos plantas de microchips

El director del BSC se ha mostrado además convencido de que la existencia de un laboratorio en Barcelona para diseñar estos microprocesadores ayudará a atraer inversión para "una o dos" fábricas de estos elementos gracias a "los contactos y las colaboraciones" que facilitará. Precisamente, la instalación en España de plantas de fabricación con capacidad tanto inferior como superior a los cinco nanómetros es uno de los principales objetivos del Perte que aprobó ayer el Consejo de Ministros.

La fabricación de microchips es crucial en el futuro de la industria de la automoción y la electrónica, sobre todo en el actual contexto de crisis del suministro. Este Perte es el más ambicioso de los aprobados hasta ahora por el Gobierno tanto por su cuantía (12.250 millones de euros) como por su potencial impacto transformador y su contribución a la autonomía tecnológica de España y de la Unión Europea.