"Nadie se atreverá a hacer un boicot energético a una Catalunya Estado" ha asegurado la directora del Institut Català d'Energia (ICAEN), Assumpta Farran, durante el debate "Independencia y Sector Energético" organizado por el Col·legi d'Economistes. "No sufráis, es un tema de seguridad nuclear", ha añadido en un tono entre desafiante y tranquilizador.

En este sentido, Farran ha destacado la importancia de la energía como factor estratégico de la transición nacional. Y es que aunque Catalunya tiene "muy pocos recursos propios, los externos entran y se transforman desde aquí". Pero sin ánimo de refugiarse en la transformación, Farran también ha señalado que la regulación del sistema "está totalmente centralizada en Madrid".

Y ante el desafío propio de la regulación, el expresidente del Institut Català de Tecnología (ICE), Ramon Garriga, ha apuntado que "hace falta estar preparados y pensar en un ente regulador que pueda incidir en los precios de la energía en Catalunya". Descentralizar la regulación y adecuar unos precios que hoy por hoy están en el conjunto de España superiores a la media europea.

En caso de independencia

Adentrándose cada vez más en el debate de la independencia, Farran ha señalado que las empresas privadas de transporte y distribución de la energía no se marcharían de Catalunya. Ni boicot ni fuga de empresas. "Una Catalunya fuera de España, el problema sería para España", ha añadido de forma muy contundente el profesor de Energía de la Universitat de Girona (UdG) Joan Vila. El diagnóstico entre los ponentes ha sido unánime.

Pero bajo el supuesto de independencia, ¿cuál tendría que ser el modelo energético? Antes de posicionar, Farran ha planteado el siguiente reto: "Encajar la transición energética hacia un modelo horizontal con la creación de un nuevo Estado y una regulación propia". Tanto ella como Garriga se han mostrado de acuerdo en apostar por las energías renovables. Pero para ello, el también ex decano del Col·lgi d'Enginyers Industrials de Catalunya ha advertido que "hará falta que las redes energéticas se adecuen".

Tanto para ella como para él, el modelo energético es el de la autogestión. El de la verticalidad en lugar de la horizontalidad. El de la pequeña escala al alcance de los ciudadanos. El de unas redes de distribución que garantizan el suministro independiente de electricidad, petróleo y gas en Catalunya. En definitiva, "son estructuras de Estado", ha resumido Garriga justo antes de animar a Catalunya a tener "política decidida y de país."