Después de más de un año de negociaciones, este viernes hemos conocido a los candidatos finalistas para reindustrializar las plantas de Nissan a Barcelona. Concretamente se han escogido un total de 3 proyectos, el de la empresa china de automoción Great Wall Motor (GWM), el de la firma catalana de movilidad sostenible QEV Technologies y el del fabricante de motos Silence.

Los sindicatos han informado que la mesa para la reindustrialización de Nissan, integrada por el Gobierno, el Gobierno, la empresa y los sindicatos, que la decisión tomada este viernes es poner en marcha una "negociación preferente" con Great Wall Motor, y, al mismo tiempo, contar con QEV y Silence como "proyectos complementarios" para la reindustrialización.

Por lo tanto, con esta decisión provoca que se descarten todos los otros proyectos que se habían presentado y que aspiraban a la reindustrialización y se abre ya la recta final del traspaso de las plantas que acabará con un contrato firme para hacer realidad una nueva actividad industrial en los tres centros de producción de Nissan en Barcelona.

En tres meses Nissan abandona Barcelona

El proceso coge así un nuevo rumbo, a escasos tres meses que Nissan cierre definitivamente sus plantas en Barcelona dejando sin trabajo a unos 2.500 trabajadores. Por la otra parte, la favorita para ocupar las plantas, GWM, una empresa china que produce vehículos SUV y camionetas, podría absorber toda la mano de obra actual de Nissan, pero solo llenaría la fábrica de Zona Franca, la mayor de las tres plantas, fabricante hasta 100.000 coches al año.

Ahora bien, desde los sindicatos apuntan que GWM estudiará la posibilidad de utilizar también la planta de Montcada, por lo cual dejaría solo sin ocupar la de Sant Andreu de la Barca, aquí está donde entrarían QEV y Silence para negociar el contrato para la última planta.

QEV Technologies

Otro de los candidatos que ha pasado la última fase de selección es QEV Technologies, que asume el liderazgo de un "hub" de descarbonización, del que forman parte otras empresas como las suecas Inzile y Volta Trucks. Su proyecto plantea la posibilidad de desarrollar y producir un coche eléctrico pequeño, orientado al uso privado, coche compartido y reparto de última milla, así como desarrollar plataformas de tracción eléctrica alimentadas con pilas de hidrógeno para camiones, autobuses y autocares, entre otros productos.

Según QEV, el plan industrial asegura el futuro de las tres fábricas de Nissan, con un proyecto "integral y escalable", que empezaría con la producción de más de 100.000 vehículos al año antes del 2025, con la creación de más de 4.000 empleos directos y cerca de 10.000 lugares indirectos.

La firma ha anunciado este viernes una inversión de 7,5 millones de euros en el capital social de Inveready y la entrada de nuevos socios en el "hub", como Engie, Grup Ilunion, Facility Services, Grup Àgora Invest, Muving, E-Milers Company, Centre CIM y Eurecat. El "hub", que está trabajando también en el desarrollo de un proyecto centrado en una fábrica de baterías, cuenta ya, entre otros, con el fabricante de camiones eléctricos de Tevva Trucks.

Motos eléctricas

La tercera opción que queda sobre la mesa es la del fabricante de motos eléctricas Silence, con una inversión de unos 30 millones de euros, que algunas fuentes del sector apuntan que podría llegar a fabricar un modelo para Seat.

Los comités de empresa de Nissan han destacado, en un comunicado, que a partir de ahora se entra en un proceso de negociación que quieren que sea rápido, por lo cual instan a cerrar acuerdos definitivos al fin de octubre, y advierten que no darán por ganador ningún proyecto si no ofrece garantías de empleo y condiciones laborales.

Además, no descartan como opción de futuro abrir nuevas vías de negociación con las alternativas descartadas si las primeras no se ajustan a los objetivos. Por el camino de las conversaciones han quedado relegados proyectos como el de la compañía belga Punch, que planteaba producir hasta 46.000 vehículos en las plantas de Nissan en 2025 y 75.600 en 2030.

La compañía preveía invertir hasta 650 millones de euros en el horizonte de 2027, que se convertirían hasta 1.000 millones en 2030, para producir vehículos de hidrógeno reutilizando a los modelos 'pick-up' y la furgoneta eNV200 de Nissan, y aprovechando la misma plantilla.

El grupo belga asegura que su propuesta generaba 2.000 empleos directos hasta 2025, sin contar a los proveedores, a los cuales también ha manifestado su voluntad de mantener. Fuera de la mesa quedó también ya hace un tiempo otro proyecto de un fabricante asiático, entre otros de los 17 que pasaron la primera criba de la mesa.

Los sindicatos esperan que, a partir de ahora, cuando empieza la fase de negociación de los contratos definitivos se pongan sobre la mesa tanto las ayudas públicas disponibles como las condiciones salariales y de uso de la plantilla. Está para ver cuando se podrá incorporar al nuevo proyecto la plantilla actual de Nissan y si tendrá que ir durando un tiempo en el paro a la espera de que las empresas seleccionadas concluyan el proceso de adecuación de las instalaciones.

Los representantes de los trabajadores reclaman que el 31 de diciembre no se plantee como una fecha límite para acabar el trabajo de la mesa, que creen no tendría que acabar hasta que se cierre la negociación de todos los flequillos, incluido el plan social.