El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, considera que los fondos Next Generation solo se aprovecharán correctamente para la recuperación de España si se centran en proyectos a largo plazo que incidan en una economía más productiva y tengan en cuenta la participación empresarial como clave para su gestión. Así lo ha defendido durante su participación en un foro de directivos este martes en Murcia, donde ha señalado la "responsabilidad tremenda" de gestionar 75.000 millones de euros en inversiones, un reto desde el punto de vista técnico para el que habrá que crear las "autovías" necesarias para que lleguen a la economía nacional.

Para ello, ha estimado que en primer lugar hay que buscar proyectos a largo plazo que combatan la principal debilidad de la economía española: su baja productividad. También, que su gestión y reparto sea absolutamente transparente y que la colaboración público-privada y la participación empresarial sea una constante en su gestión.

La economía española, ha apuntado Goirigolzarri, no ha alcanzado aún una recuperación con niveles del producto interior bruto anteriores a la pandemia de covid y aunque la sensación es de un fuerte crecimiento, "es importante ser cautos", ya que la situación actual no se ha vivido previamente y genera muchas incertidumbres.

Dependencia del turismo y los servicios

Además, ha dicho, la estructura sectorial de la economía española, muy dependiente de sectores como el turismo o los servicios, está también ralentizando esa recuperación en la que la digitalización de los procesos para trasladar al mundo virtual los contactos sociales va a tener un impacto tremendo que debe liderar la transformación de todos los sectores económicos.

En el caso del sector financiero, ha reconocido que esa digitalización está generando la entrada de nuevos competidores en el sector que son un factor positivo siempre que todos los actores jueguen con las mismas reglas y regulación para idéntica actividad. En su opinión, en esta nueva etapa de mayor competencia, actores tradicionales como los bancos no tienen por qué "perder el partido", ya que cuentan con puntos fuertes como la confianza de los clientes.

Preguntado sobre su opinión sobre las criptomonedas, ha insistido en la complejidad de este asunto por los diferentes tipos que existen, pero ha subrayado que las más populares, los bitcoines, difícilmente podrán llegar a ser instrumentos de pago por el fuerte proceso de especulación al que están sujetas. Más repercusión cree que tendrán las futuras monedas digitales, como el euro, el dólar o el yuan digital, próximos a desarrollarse en los próximos años y que sí cree que revolucionarán el mercado monetario.

En cualquier caso, en momentos de crisis como la actual, ha abogado por "adaptarse a la situación" pero manteniendo la serenidad, siendo "tremendamente realista" para hacer un diagnóstico acertado de la situación que atraviesa la empresa y con "humildad intelectual" para tener capacidad de aceptar nuevas ideas y de rectificar ante posibles errores.

Además, ha apostado por "evitar de forma radical el fatalismo" y "pensar que el futuro depende de fuerzas inescrutables", ya que depende de las actuaciones individuales de cada persona, por lo que ha lanzado un "mensaje de autoconfianza", especialmente a las empresas, que han sabido ser flexibles y adaptar sus modelos en los peores momentos de la pandemia.