Ya hace años que Catalunya vio en el espacio, sí el espacio exterior, una gran oportunidad económica y de negocio. Pero no pensemos en astronautas que llegan a la luna ni grandes estructuras espaciales, no, tenemos que pensar en satélites, pero especialmente los nanosatélites. Este viernes, la Cambra de Barcelona y el Departamento de Vicepresidencia ha organizado la jornada New Space Economy 2.0 para exponer todo lo que está haciendo Catalunya, tanto desde la vertiente pública como privada de este sector económico que cada vez tiene más fuerza en Catalunya, como por ejemplo con la creación de la primera constelación de satélites catalana, que empezó con el lanzamiento del Enxaneta, el primer nanosatélite catalán en órbita.

En este sentido, el secretario de políticas digitales del Gobierno, David Ferrer, ha asegurado que de cara al año que viene, el Ejecutivo invertirá un total de 7 millones de euros, que se quieren complementar con fondos europeos, para impulsar el sector espacial catalán y crear esta constelación de satélites, que tendrá varias funciones y en diferentes sectores, desde la internet de las cosas hasta la exploración de la tierra. El seguimiento de esta batana constelación, según ha asegurado a Ferrer, se hará desde el Observatori del Montsec.

Por su parte, la presidenta de la Cámara, Mònica Roca, que es profesional de sector, que ha asegurado que en estos momentos "el sector de espacio en Catalunya tiene el mismo peso específico que los que tiene la suma de blockchain, YATE (Internet de las cosas), el 5G, la robótica, o el 3D". Con eso Roca ha precisado que Catalunya "tiene el potencial para ser una en lo referente al mundo en el sector New Space y ha recordado que el 10% del PIB europeo es derivado de productos y servicios provenientes del espacio.

En esta línea, Roca ha asegurado que en los próximos dos años el sector espacial en Catalunya crecerá muchísimo. Concretamente, según las previsiones de la corporación, el empleo se multiplicará por cuatro, cosa que será muy positivo para la economía catalana, ya que será un gran impulsor de l'R+D en el país. La prueba está que en los últimos 3 años, el sector ha generado hasta 30 patentes solo en Catalunya.

¿Qué aportará la constelación de satélites a Catalunya?

La gran pregunta de todo es que aportará esta primera constelación de satélites catalana al país. Con el fin de explicarlo, la Cámara ha celebrado una mesa redonda con cuatro expertos, Rafel Jordà, Fundador de Open Cosmos, Laia Romero, directora de Lobelia Earth, Jordi Corbera, jefe del Departamento de Observación de la Tierra del ICGC y Sergi Figuerola, CTO de la fundación i2CAT y 5G Barcelona.

Y la respuesta más rápida a esta pregunta la ha dado Figuerola diciendo que tener una constelación de satélites permitirá a Catalunya "disponer de un sistema mayor para trabajar con información más real y constante, además de tener un territorio más reactivo y que reaccione más deprisa" en todo aquello que pase. Como aplicaciones más directas, Romero ha puesto algunos ejemplos como una red de satélites que pueda observar el estado de las reservas de agua en Catalunya, en definitiva extraer datos de todo aquello que se quiera sobre el país. Eso, al mismo tiempo, se tiene que combinar con la capacitación técnica de las personas con el fin de entender todos estos datos que se extraigan de la constelación con el fin de poder trabajarlas.

Durante su intervención, Jordán ha recordado que esta infraestructura será crítica y completamente clave en el avance del cambio climático, ya que permitirá, por ejemplo, anticiparse mucho mejor a los episodios extremos de clima, sean olas de calor o tormentas como el Glòria. Eso, según Jordán permitirá uno grande un cambio de mentalidad, ya que generará un sistema de infraestructuras con una interacción directa con el usuario para satisfacer sus nuevas necesidades.

Por su parte, Corbera ha enumerado los 5 grandes retos de la economía del espacio que afrontará Catalunya en los próximos años como la capacidad de transferir el conocimiento y capacitar al usuario, poder desarrollar nuevos modelos de trabajo, mejorar calidad de los datos y ligarlas a la inteligencia artificial. En tercer lugar la capacidad de precisar la reactividad a estos datos y facilitar el uso, a la vez que el país tiene que ser capaz de cuantificar los impactos de este sector económico y, evidentemente, sus beneficios, tanto económicos como sociales.