El proceso de elaboración de la cerveza produce más de 90.000 toneladas anuales de bagazo, un residuo orgánico resultante de la cocción de la malta y el arroz. Damm aprovecha el 100% de este bagazo para la alimentación animal, principalmente para vacas. Se trata de un ejemplo de economía circular, ya que la cebada con la que se elabora la cerveza vuelve a la tierra después de alimentar las vacas.

Esta iniciativa forma parte de la estrategia de Responsabilidad Social Corporativa de Damm, que tiene por objetivos "reducir la generación de residuos al mínimo, promover la eficiencia en la utilización de recursos y conseguir un impacto ambiental y social positivo", según la misma empresa. Con esta estrategia, el bagazo se reutiliza en varias granjas que producen y comercializan leche, como La Fageda, la cooperativa de elaboración de lácteos de La Garrotxa.

El círculo económico de la cebada

El producto orgánico que comen las vacas es el resultado del proceso de cocción de la malta junto con el arroz: el bagazo. Previamente, la cebada que la compañía compra a productores locales ha sido transformada en malta.

Con este procedimiento se cierra el círculo del proceso económico y se devuelve el cereal a su origen. La cebada se obtiene de la tierra, se procesa en la maltería y en la fábrica de Damm en El Prat continúa su proceso como alimento para las vacas y retorna a la tierra como abono, ayudando a volver a producir cebada.