Comertia prevé que el 2022 sea "un buen año" para las empresas catalanas de 'retail' después de dos años marcados por la covid-19. Según el informe SSituació Empreses Familiars Catalanes, presentado este miércoles por la entidad, un 67,4% de los comercios creen que las ventas se incrementarán, un porcentaje que contrasta con el 4,7% de establecimientos que todavía consideran que el nivel de consumo será peor que el año pasado. A pesar de todo, Comertia alerta de los efectos que puede tener la guerra de Ucrania sobre el sector, sobre todo con respecto al incremento de los costes energéticos y del transporte. "Es lo único que nos hace poner interrogantes a la recuperación", ha reconocido el presidente de la asociación, David Sánchez, en la presentación del estudio.

En materia laboral, la organización también confía recuperar este 2022 los niveles de empleo previos al estallido de la pandemia, después de que casi la mitad de los negocios catalanes (46,5%) redujeran plantilla en el 2021. De hecho, dos de cada tres empresas prevé seguir haciendo nuevas aperturas este ejercicio, mientras que una buena parte asegura que incrementará el volumen de inversiones para impulsar el crecimiento. Un 81% de las compañías afirma que apostará por la digitalización, un 65% por la innovación de productos, procesos y servicios y un 35% tiene previsto mejorar la atracción y retención del talento.

Desde Comertia también aseguran que el fin de la obligatoriedad de la mascarilla en espacios interiores –que ha entrado en vigor este mismo miércoles- contribuirá a mejorar la experiencia del cliente, "muy limitada" durante los últimos dos años. "A la hora del consumo se agradece, porque somos personas que necesitamos relacionarnos", ha señalado Sánchez. El presidente de la entidad insiste en que hay que seguir escuchando a los expertos, aunque ve la covid-19 como una enfermedad que pronto dejará de ser considerada una pandemia.

Incertidumbres para el 2022

A pesar de las buenas perspectivas para el 2022, las empresas subrayan que todavía hay ciertos elementos que amenazan la recuperación económica. Un 93% señala el aumento de la inflación como el principal factor que puede condicionar el consumo, mientras que un 79% apunta a los precios de la energía y las materias primas. Las otras preocupaciones del sector tienen que ver con los elevados costes logísticos (47%), la evolución de los contagios por las restricciones (44%) y los efectos de la reforma laboral (44%).

En este sentido, el presidente de Comertia ha explicado que los establecimientos han optado por una estrategia "conservadora" y que están evitando trasladar el incremento de precios totalmente al consumidor. "La repercusión al cliente de la subida de precios no es total, sino parcial; la mitad va al consumidor, y la otra mitad va a la cuenta de resultados de la empresa", ha detallado. Por otra parte, casi la mitad de los comercios (46%) afirma no haber rentabilizado la inversión realizada durante la pandemia para impulsar sus canales de venta online. Según el estudio, un 86% de las empresas ha incrementado su facturación en línea en el 2021 con respecto al 2019.

Peticiones

Los establecimientos asociados a Comertia han otorgado una puntuación media de 4,3 puntos sobre 10 a la administración por  la gestión de la pandemia. De hecho, solo un 7% de las empresas califican de "bueno" su trabajo, un porcentaje que contrasta con las notas negativas (64%) y regulares (29%). Ante la situación actual, la entidad pide un trato fiscal "adecuado y favorable" con el fin de "preservar la competitividad y la continuidad" de la empresa familiar catalana. Eso pasaría por una reducción de los impuestos de sucesiones y patrimonio, la exención de los beneficios o atribuidos y otorgar un trato favorable a los comercios en las cotizaciones a la seguridad social por su condición de empresas "intensivas en personas".

Por otra parte, la asociación pide más equidad fiscal entre el comercio físico y el digital, que el Impuesto de Actividad Económicas (IAE) sea deducible del impuesto de sociedades, que una partida de los Fondos Europeos vaya exclusivamente destinada a las empresas de 'retail', una subvención para hacer frente a la subida de los precios energéticos, recuperar el límite de 3.000 euros para pagar en efectivo –ahora está en 1.000 euros- y aplicar una limitación del alquiler a los contratos de locales comerciales.