El Centro Intermodal de Logística (Cilsa) invertirá hasta 200 millones de euros de aquí a 2020 para construir hasta 450.000 metros cuadrados de nuevas naves, que servirán para culminar el desarrollo del 100% del suelo disponible a la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del Port de Barcelona. "Es un desarrollo completamente racional, basado en una capacidad muy sólida de la compañía", ha asegurado el director general de Cilsa, Alfonso Martínez, que ha sostenido que el sector logístico ya ha superado la crisis, por lo que ha confiado en que gran parte del desarrollo que se proyecta se hará "con llaves en mano".

Uno de los grandes atractivos de las nuevas naves será su "alta calidad", ya que todas las nuevas edificaciones tendrán la certificación LEED que acreditará su eficiencia energética, y eso las diferenciará de la oferta actualmente disponible. El desarrollo se financiará con recursos propios de la compañía, con la capitalización de un préstamo participativo de 20,5 millones por parte de los accionistas, y con 75 millones procedentes de un préstamo del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Este préstamo cuenta con la garantía del Plan de Inversiones para Europa, el llamado Plan Juncker, ya que se considera que el crecimiento de la ZAL contribuye al impulso de una infraestructura estratégica como el Corredor Mediterráneo, así como un elemento de crecimiento económico para España, ya que en las nuevas naves se crearán unos 4.000 puestos de trabajo directos y 6.000 indirectos. "Sólo podremos ser útiles en el Port de Barcelona y a la actividad económica si somos capaces de aumentar los operadores en nuestro ámbito", ha defendido al consejero delegado de Merlin Properties, Ismael Clemente.

Contratos "claves en mano"

La ZAL está negociando 150.000 metros cuadrados de contratos "llaves en mano" para este 2017, que irán a parar a manos de compañías internacionales "de primer nivel" del sector textil y del comercio electrónico, entre otros. Durante el 2016, Cilsa facturó 40,7 millones, obtuvo un Ebitda de 19,9 millones, que espera doblar en los próximos seis años, y registró un resultado neto de 5,2 millones. La superficie construida total fue la misma que en el 2015. Es decir, 635.280 metros cuadrados, de los cuales Cilsa gestiona 403.280, mientras que 232.000 están en manos de terceros.

El empleo medio de las naves logísticas fue del 96,4% durante todo el año (el cierre se situó en el 97,2%) y la contratación fue de 162.000 metros cuadrados, cosa que representa un 24% más que el año anterior y se divide entre 22.500 metros cuadrados de nuevos contratos y 139.500 metros cuadrados de contratos renovados. La deuda financiera neta de Cilsa se situó en 102,1 millones a final del 2016, con un "backlog" (ingresos por contratos firmados) de 263 millones, un 8% superior al 2015, cosa que para Martínez demuestra la solidez financiera de la compañía.

El presidente de Cilsa y del Port de Barcelona, Sixte Cambra, ha aplaudido estos resultados y estos objetivos de futuro, y ha explicado que las acciones de la gestora se alinean con el objetivo de tener un "hub logístico" en la primera línea del puerto barcelonés.