La economía colaborativa es una oportunidad de negocio pero también un reto a nivel legislativo. La Generalitat es plenamente consciente y aunque ha decidido de momento no crear ninguna regulación específica, ya ha dado un primer paso en firme que pasa por modificar las diferentes normativas sectoriales que se hayan visto afectadas por los agentes colaborativos que prestan este tipo de servicios. Así se ha puesto de manifiesto durante la primera reunión de la Comissió Interdepartamental de Desenvolupament de la economía colaborativa.

"Queremos dar respuesta a una realidad existente y de futuro" ha asegurado el conseller de Empresa i Coneixement, Jordi Baiget que ha puesto como ejemplo el nuevo decreto sobre establecimientos turísticos que se presentarán antes de agosto. Y más allá del turismo y el transporte, la economía colaborativa irá irrumpiendo en el resto de sectores. Por eso, el objetivo de la Generalitat es garantizar que este nuevo modelo económico respete la igualdad de oportunidades entre los agentes implicados, evitando cualquier tipo de competencia desleal y asegurando una correcta tributación de este tipo de actividad. 

Definir la economía colaborativa

La economía colaborativa se integró en la sociedad antes que los consumidores supieran cuál era su significado. Wallapop, Airbnb o Uber son empresas mundialmente conocidas y utilizadas a la espera de seguir creciendo hasta que alguien decida pararlas o dejarlas pasar. Pero al fin y al cabo, prácticamente todo el mundo las conoce y sabe utilizarlas aunque eso no implique necesariamente saber qué quiere decir la economía colaborativa. Y cada país lo entiende y lo debate a su manera mientras Bruselas lo supervisa mediante recomendaciones de laissez faire, laissez passer. Las prohibiciones absolutas como medida de última instancia. 

La definición supone ya de por sí un problema que según Baiget, se abordará a lo largo del año con el fin de poder diferenciar entre la actividad económica y el uso particular de un activo. La Comisión ya está en marcha y pretende explorar también vías de colaboración con plataformas que faciliten la transparencia de la actividad y fijen un código de buenas prácticas. ¿Y respecto de la fiscalidad? Se está estudiando: tiempo e igualdad de oportunidades.  

"Normalmente, la legislación va retrasada con respecto a la realidad. Aquellos que se quejan de la falta de regulación, tienen razón. Ahora bien, no se tiene que regular poniendo puertas al campo sino intentando rebajar las barreras de entrada para que todo el mundo compita en igualdad de condiciones" explicaba el presidente de la Asociación Española de Empresas de Branding (AERBRAND) y asesor de Barcelona Activa, Conrad Llorens en una entrevista en El Nacional.

Un informe para el Parlament

La comisión presidida por el secretario de Empresa i Competitivitat, Joan Aregio analizará la irrupción de la economía colaborativa en el alojamiento turístico, el transporte y la movilidad, la normativa fiscal y laboral así como también las buenas prácticas y acuerdos con plataformas. Una vez realizado, el informe se presentará en el plazo de un año al Parlament y se someterá a debate.

Además, la comisión que está formada por representantes de varias conselleries cono son el secretario general de Empresa i Coneixement, Xavier Gibert; la directora general de Turisme, Marian Muro y los secretarios de Economia, Pere Aragonès, y Hisenda, Lluis Salvadó, entre otros, convocará mesas sectoriales para abordar la economía colaborativa con representantes de usuarios, plataformas, nuevos modelos de negocio y oferta tradicional, expertos y las administraciones competentes. 

Hace tan solo unos días, la CNMC realizó una consulta pública sobre los nuevos modelos de prestación de servicios y economía colaborativa y los resultados revelaron que de forma generalizada, los reguladores, consumidores y universidades lo percibían como "una oportunidad para la mejora del bienestar social, la regulación y la competencia" mientras que los sindicatos y agrupaciones de trabajadores acostumbran a valorar la economía colaborativa negativamente ya que no aseguran el correcto pago de impuestos. Entre dos aguas, un nuevo modelo económico ha llegado para quedarse como oportunidad pero también, como reto.