La Cambra de Comerç de Barcelona, presidida por Miquel Valls hasta hace apenas dos semanas, elaboró en el 2012 un informe llamado Las consecuencias económicas de un Estado propio en Catalunya, pero que nunca se llegó a publicar. Hoy, en la primera reunión del comité ejecutivo de la nueva Cambra presidida por Joan Canadell, se ha decidido hacer público el informe, que concluye que "una Catalunya con estado propio dentro de la Unión Europea implica riesgos económicos corto plazo, pero a más largo plazo representa una oportunidad para llevar a cabo unas políticas públicas mejor financiadas y más ajustadas a los intereses específicos de Catalunya".

El estudio pretende analizar las consecuencias "desde un punto de vista puramente económico" de una Catalunya con estado propio, señalando los pros y los contras. En este sentido, con un estado propio "que fuera lo bastante ágil y eficiente, Catalunya tendría más posibilidades de convertirse en una más en el grupo de pequeñas economías altamente competitivas que sistemáticamente encabezan los rankings mundiales de libertad y prosperidad", asegura el informe en las conclusiones. "Pero sólo con la condición de que los recursos procedentes del 'dividendo fiscal' se apliquen a hacer las inversiones necesarias, en capital físico, humano y tecnológico, que el país necesita. Que se aproveche o no esta oportunidad dependerá en gran parte de la calidad del marco institucional de que emerja con el nuevo estado", avisa.

España contra las cuerdas

Una Catalunya con Estado propio dentro de la UE "tendría razones para afrontar el futuro con confianza, pero al mismo tiempo tendría que evitar caer en la autocomplacencia", dice el informe. A lo largo del análisis se pone de manifiesto que la solución definitiva al déficit fiscal es "un paso importante pero no suficiente para garantizar un futuro mejor para la economía catalana".

En cambio, una economía española sin la aportación que hace actualmente Catalunya "encontraría de entrada mayores dificultades, pero también tendría un incentivo más fuerte para reformar radicalmente el actual marco institucional y de gobierno", considera. Una de las cuestiones que el estudio pone claramente en evidencia es hasta qué punto la economía catalana estaría en mejor disposición de afrontar por sí misma el reto de la viabilidad dentro del euro, en comparación con una economía española sin la aportación de Catalunya. Según el estudio, "eso hace prever un periodo de adaptación al nuevo statu quo más o menos largo y bajo supervisión europea, con concesiones económicas y políticas bilaterales, con el fin de facilitar la continuidad conjunta de los dos territorios en la UEM".

Al margen del resultado final de este proceso, "es importante destacar que para el Estado español poner trabas a la economía catalana y continuar dentro del euro no es una opción", concluye el análisis, y, en cambio, "habría que asumir la legitimidad de la demanda que se le plantea desde Catalunya puede ser un revulsivo para acelerar los cambios institucionales que España necesita".

Necesidad urgente

Al mismo tiempo, para Catalunya el cambio institucional "representa una necesidad todavía más urgente". "No sólo por el hecho que el Govern de la Generalitat tenga que soportar una situación fiscal difícilmente sostenible, cuando al mismo tiempo Catalunya mantiene un déficit fiscal excesivo con el resto del Estado", sino que apuntan una razón "todavía más fundamental", que es que Catalunya "se tiene que poder dotar de los instrumentos políticos adecuados que le permitan liberar todo el potencial de su economía productiva".

En caso contrario, la Cambra avisa de que ni Catalunya ni España tienen un futuro claro dentro de la zona euro a largo plazo. El reto que desde Catalunya se plantea a España es el de un cambio de modelo institucional y económico profundo. "Si España asume el reto, las interdependencias entre los dos territorios pueden llegar a ser más fructíferas que en la actualidad, en tanto que deseadas y positivas para las dos partes. Asumiendo este reto la economía española se transformaría también profundamente, hacia un nuevo modelo donde el estado pase a ser un instrumento más eficiente para facilitar la creación de valor, y no sólo para influir en su distribución".

Finalmente, este estudio asevera que "la decisión sobre la soberanía de un pueblo no se puede limitar al ámbito económico", pero es un factor influyente. Con todo, el análisis abre la puerta a debatir las consecuencias económicas de un estado propio con conocimiento de causa. El informe completo se puede consultar a la página web de la Cambra de Comerç de Barcelona.