Las horas en que millones de usuarios de todo el mundo estuvieron ayer sin WhatsApp, Facebook o Instagram ponen una vez más sobre la mesa la fragilidad de la excesiva digitalización y hace pensar en el grave problema económico si una caída de este tipo afectara a los sistemas de pago digitales.

Ayer fueron redes sociales y sistemas de mensajería, en junio era PayPal, Amazon, Twitch o ‘Finantial Times’, además de otros miles de webs, que se veían afectadas por un apagón mundial. Sólo algunas semanas antes, un incendio en un centro europeo de almacenamiento de datos sembraba el caos para miles de webs y e-commerce en todo el mundo.

Todos estos incidentes ponen de nuevo el foco en la vulnerabilidad del sistema y la dependencia de una digitalización excesiva que minimice o arrincone otros sistemas y métodos físicos. “Es el caso de los pagos, que en su guerra contra el efectivo abocan al sistema hacia la excesiva dependencia digital y, por tanto, a la fragilidad ante este tipo de fallos e inseguridades cada vez más habituales”, destacan expertos de la Plataforma Denaria, en favor del uso del efectivo y la convivencia de métodos de pago.

En este mismo sentido, Bizum, la aplicación para el envío y recepción de dinero en efectivo en España al instante, también ha dejado de funcionar temporalmente esta misma mañana y está dando problemas para poder hacer algunos tipos de operaciones. Una situación que perjudica enormemente a los comercios, particulares y empresas, que en los últimos años se han apuntado a esta nueva modalidad de pago, como una forma rápida y ágil para poder realizar transferencias inmediatas sin coste alguno ni para el emisor ni para el receptor.

En una reciente encuesta de GAD3 para la Plataforma Denaria el 70% de la población destacaba que el efectivo es el único método que funciona siempre, en cualquier circunstancia. También demuestra esta confianza para momentos de crisis o incertidumbre el incremento del efectivo en circulación en un 11% en 2020 respecto a 2019, según BCE.

Igualmente, los encuestados destacan la privacidad, la seguridad, el control de los gastos y su funcionamiento como método de pago en cualquier situación como las razones principales para la importancia del efectivo. En concreto, el 78 % de la población se muestran preocupados por exponer tanto sus datos personales, así como el dinero de su cuenta y siete de cada 10 considera que el efectivo ayuda a controlar los gastos.