Si vemos el camino que está siguiendo el entorno, que el Banco Central Europeo (BCE) suba los tipos de interés no nos tiene que sorprender. Así pues, en otros bancos centrales se les ha hecho la misma pregunta, incluido el Banco de Inglaterra, que se espera que lleve su tipo básico al 5% en el 2023. También observamos cómo la Reserva Federal de los Estados Unidos subió sus tipos tres cuartos de punto por tercera vez consecutiva el mes pasado hasta un rango del 3% al 3,25%. Y se espera que los vuelva a plantear en la próxima reunión del comité dentro de dos semanas. La inflación en los Estados Unidos está cerca de los máximos de los 40 años del 8,2%, impulsada en parte por un crecimiento más fuerte y más gasto de apoyo a la pandemia que en Europa.

El pasado 27 de octubre, el BCE subió los tipos de interés en 75 puntos básicos, hasta el 2% con el objetivo de frenar la inflación en la zona euro, que se acerca al 10%. De esta manera repetía la estrategia y la fórmula del pasado 8 de septiembre cuando también incrementó el mismo porcentaje. Esta es la tercera subida de los tipos de interés del BCE este año en un esfuerzo por enfriar los precios al consumidor y evitar que se descontrolen. Se trata del nivel más alto desde el año 2009. Los próximos pasos, siguiendo las indicaciones del BCE, es cerrar el año en un 2,5% (15 de diciembre); llegar al 3% (el 3 de febrero del 2023); el 3,25% (el 16 de marzo de 2023); y el 3,5% (el 4 de mayo). Estas últimas previsiones las avanza Bloomberg.

La inflación caerá en el 2024

Delante de este escenario, el BCE pide paciencia, sobre todo para afrontar el próximo 2023. Y prevé que la inflación en la zona euro caerá hasta el 2,3% a finales del 2024. Así pues, hay que recordar que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo que la inflación seguía siendo demasiado alta y se mantendría alta durante un periodo prolongado, por lo cual se tienen que esperar nuevas subidas de tipo del BCE. "Todavía no hemos acabado. Hay más terreno por cubrir", ha avisado.

Carsten Brzeski, jefe global de macroeconomía del grupo bancario holandés ING, añade que el cambio en la formulación de políticas en el banco central representaba un "cambio de paradigma" respecto del año pasado cuando Lagarde defendió duramente una política monetaria más flexible. "En poco más de tres meses, el BCE ha subido los tipos de interés en un total de 2 puntos porcentuales", ya avisó hace unas semanas. "Es el ciclo de senderismo más agudo y agresivo que se ha producido nunca".

El BCE no tiene prisa

Fabio Panetta, miembro del Consejo Ejecutivo del BCE, ha lanzado un aviso en la última Conferencia del Mercado Monetario del BCE de este noviembre: "Durante las tres últimas reuniones del Consejo de Gobierno, hemos aumentado nuestros tipos de interés en 200 puntos básicos. Esta es la subida de tipo más rápida de la historia del BCE. De cara al futuro, las perspectivas de inflación a medio plazo presentan claros riesgos alcistas en un contexto general de extraordinaria incertidumbre sobre la evolución futura de la economía europea". Para Panetta, justifica un nuevo ajuste de la política para mantener ancladas las expectativas de inflación y evitar los efectos de segunda ronda.

El BCE considera que, para seguir subiendo los intereses, se tendría que seguir centrado en la evolución inflacionista a medio plazo. "Tenemos que devolver la inflación a nuestro objetivo del 2% tan pronto como sea posible, pero no antes. En caso contrario, podríamos crear efectos no deseados, consiguiendo poca reducción de la inflación a corto plazo, pero provocando una volatilidad excesiva del mercado y una desaceleración económica prolongada más allá de lo que es necesario para estabilizar la inflación a medio plazo".

Los más críticos consideran que esta situación es insostenible alargarla y ampliarla todo en el 2023. Pero el BCE encuentra en el concepto de resiliencia su escudo perfecto. "Tendremos que considerar esmeradamente la resiliencia de nuestra economía, las implicaciones de los desbordamientos monetarios globales y las amenazas emergentes para la estabilidad financiera", avisan desde el BCE.