Barcelona cerrará el año 2016 con unos 2,7 millones de cruceristas y batirá así su récord histórico de pasajeros. El dato lo ha anunciado este lunes en Panamá el presidente del Port de Barcelona, Sixte Cambra, que participa en una misión empresarial con una cincuentena de empresas catalanas. Según Cambra, el crecimiento de cruceristas será de entre el 9% y el 10% en relación al 2015. Unos datos que, según su opinión, se deben, fundamentalmente, "al gran impulso de la actividad del Port de Barcelona como puerto base, que ha crecido un 18%, mientras que las actividades de escala han tenido un ligero descenso de entre el 1 y el 2%".

Con respecto al impacto económico del sector de los cruceros en Barcelona, ha explicado que se estima que la facturación podría llegar a los 1.000 millones de euros, mientras que la aportación al PIB catalán llegaría a los 500 millones de euros. Con todo, Cambra ha expuesto que el dato más fiable que se tiene, gracias a un estudio que elaboró la UB, es el del 2014, cuando la facturación llegó a los 800 millones de euros y el impacto en el PIB se cifró en 415 millones de euros.

De hecho, la actividad del Port de Barcelona como puerto base ha llegado, por primera vez en su historia, a una cuota del 61%, mientras que los últimos años esta cifra se situaba en torno al 53-55%. Según ha relatado Cambra, este tipo de tráfico "es el que genera más riqueza en la ciudad y en su entorno y también el que genera menos externalidades, a diferencia de los cruceristas de escala, que sólo pasan unas horas determinadas en la ciudad". De hecho, ha apuntado que ha habido un estancamiento de la actividad de escalas y en octubre se cerró con un ligero descenso de entre el 1 y el 2%.