La pandemia por el coronavirus ha tenido un gran impacto sobre la economía española, debido al peso de los sectores más afectados, como el turismo, y debido a las medidas de contención del virus como la limitación de la movilidad o el toque de queda.

Cuando la pandemia estalló ahora hace poco más de un año, el Gobierno reaccionó con medidas de apoyo a los trabajadores y empresas, medidas como los ERTE y las líneas de liquidez. Por su parte, Bruselas suspendió las reglas fiscales y el Banco Central Europeo (BCE) aprobó un plan de multimillonarias compras de activos, según explica El País.

Ahora, después de más de un año, ya hay varios países que piden al BCE que quite el pie del acelerador; uno de ellos es Alemania, tal como explica el citado diario.

Al principio del mes de marzo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) discutía el próximo informe sobre la economía española, que se presentará durante los próximos días. Alemania y Grecia eran las encargadas de evaluar el informe español y presentaron visiones alternativas.

El País ha tenido acceso al informe alternativo donde queda muy clara la posición alemana: "la caída de ingresos públicos y los estímulos estabilizarán la deuda pública en torno al 120% del PIB durante los próximos tiempos; es muy probable que eso deje un espacio fiscal muy reducido para los próximos años y, por lo tanto, para la próxima crisis, más todavía si acaban subiendo los tipos de interés, como el Bundesbank empieza a sugerir a Fráncfort".

​Así pues, Alemania ve clara y obvia la necesidad de "un cambio de rumbo en el futuro próximo". Berlín está a favor de poner en marcha un plan de ajuste plurianual y cree que lo más importante ahora es presentar un compromiso "ambicioso y creíble" de reducción de la deuda pública como señal a los mercados.

Más estímulo

El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que es el momento de aplicar más estímulos a las economías. Alemania, por su parte, concluye que "dependiendo de la evolución de la pandemia, el proceso de consolidación fiscal tendría que empezar más pronto que tarde". Además, la posición alemana alerta sobre el aumento del gasto en pensiones y sus efectos sobre las finanzas públicas.

En la reunión del OCDE Alemania fue dura y obtuvo el apoyo de la República Checa. Sin embargo, Bruselas defendió que no es el momento de hacer ajustes y los Estados Unidos apuntaron que ahora no tiene sentido económico plantear ya la consolidación fiscal cuando media eurozona va directa hacia una segunda recesión.

 

Foto principal: La canciller alemana, Angela Merkel / EFE