Pasan las semans y el clima en el Real Madrid es cada vez más tenso. Empieza a ser inquietante. La llegada de Xabi Alonso al banquillo prometía una transformación total. Una revolución. Un cambio de guion. Pero nada de eso termina de aparecer. El equipo se atasca. Y la presión aumenta.
El juego del Madrid se desliza hacia patrones conocidos. Huele a pasado. A lo que ya se vio con Carlo Ancelotti. Dependencia de las individualidades. Poca coherencia colectiva. Resultado: otro tropiezo. Otro síntoma de desgaste. El 2-2 en el Martínez Valero ante un buen Elche fue un golpe más a la línea de flotación blanca. Un partido gris y un empate que supo a derrota.
El Real Madrid de Xabi Alonso se desmorona
Y lo peor es la clasificación. El Barça ya está a solo un punto. Una distancia mínima que hace dos jornadas, tras el Clásico, era un colchón cómodo de cinco puntos. La tendencia es peligrosa. El Madrid ya encadena tres encuentros sin ganar. Dos en Liga y uno en Champions. Y todas las miradas apuntan al mismo lugar: el entrenador donostiarra.
Ayer, el gol fina, con polémica falta de Vinícius a Iñaki Peña, maquilló las formas, pero no el fondo. El equipo no convence, no domina y no intimida. Y además, las decisiones de Alonso empiezan a levantar polvo. Dejó fuera de inicio a Vinícius. Apostó por Rodrygo. Movió piezas. Cambió dibujo. Y aun así, nada funcionó como esperaba.
El análisis más contundente llegó desde un altavoz potente. Julio Maldonado ‘Maldini’ fue directo. En X señaló que el gran damnificado del empate es Xabi Alonso. Que su intento de “agitar el cóctel” no funcionó. Que el problema es otro. Más profundo. Más estructural. “El equipo no funciona”, escribió. Y subrayó algo importante: la única chispa real, según él, fue la de Kylian Mbappé, que pese a no marcar mostró actitud, coraje y rebeldía.
Maldini le da dos partidos a Xabi Alonso
Maldini fue más allá. Miró el calendario. Lo desgranó. Lo analizó. Advirtió que llegan dos duelos “trampa”: Olympiacos en Atenas y Girona a domicilio. Partidos que, en teoría, el Madrid debe ganar. Pero que en este contexto se transforman en pruebas de fuego. Exámenes sin margen de error.
Y entonces soltó la frase que encendió todas las alarmas. La frase que ya circula por los pasillos del Bernabéu: “En caso de tropiezo, pueden ser definitivos para Xabi Alonso”. No hay interpretación alternativa.
Después, Maldini mandó otro aviso: tras esos dos encuentros aparece el Manchester City en el horizonte. Un escenario donde un equipo en crisis podría romperse aún más. La paciencia se agota. El crédito disminuye. Los resultados no acompañan. Todo apunta a una conclusión: Xabi Alonso ya tiene fecha límite. Y esa fecha depende únicamente de dos partidos. Dos pasos que decidirán su futuro inmediato. Dos partidos para evitar lo que muchos ya murmuran: la destitución.
