El Real Madrid ha activado una operación que puede marcar su futuro. El club blanco está dispuesto a pagar los 60 millones de euros que exige el Crystal Palace por Adam Wharton, el mediocentro inglés que se ha convertido en la prioridad absoluta de Xabi Alonso para reforzar su nuevo proyecto. La dirección deportiva ha valorado el coste y entiende que es una cifra perfectamente asumible por un jugador llamado a liderar el centro del campo durante la próxima década.
Xabi Alonso exige su fichaje: el heredero de Kroos
La realidad es que Xabi Alonso no ha tenido dudas en ningún momento. Considera que Wharton posee el perfil perfecto para ocupar el rol que dejó libre Toni Kroos: inteligencia táctica, precisión en el pase, capacidad de controlar los ritmos del partido y una madurez impropia de sus 20 años. Todo esto lo convierte en un futbolista ideal para un Real Madrid que ya no solo quiere potencia física en la medular, sino volver a dominar desde la posesión y la claridad en la construcción del juego.

El técnico ve en Wharton la pieza que falta para que el centro del campo vuelva a tener un director de orquesta. No busca un jugador simplemente talentoso, sino un organizador puro, alguien capaz de ordenar al equipo con el balón, de ofrecer líneas de pase constantes y de convertir cada jugada en una oportunidad. En definitiva, el perfil que definió a Toni Kroos durante su etapa en Chamartín.
El Real Madrid está decidido: pagarán lo que pidan
De este modo, el Real Madrid ya ha comunicado internamente su disposición a asumir los 60 millones de euros, una cantidad importante pero considerada estratégica. El club ha estudiado el mercado y no encuentra un jugador de características similares disponible por un precio inferior. Además, el crecimiento y la proyección del inglés hacen que la inversión sea vista como una oportunidad única.
En la planta noble del Bernabéu consideran que Wharton puede ser un futbolista decisivo a medio y largo plazo, encajando a la perfección con los jugadores que ya forman el centro del campo: Jude Bellingham, Tchouameni, Valverde y Camavinga. Todos ellos aseguran físico, llegada, agresividad y despliegue, pero faltaba un perfil que aportara control, pausa y dirección.
Xabi Alonso no quiere más debates, no desea opciones alternativas ni estudios de mercado más largos. Quiere a Adam Wharton porque entiende que es el mediocentro que puede marcar una época, como lo hizo Toni Kroos, el jugador que convirtió la posesión en un arma letal.
Así pues, la maquinaria del Real Madrid ya está en marcha. Si el movimiento se cierra, Wharton no llegará para aprender: llegará para mandar. Porque cuando un entrenador lo tiene tan claro, el club responde. Esta vez, sin dudar.