Xabi Alonso no ha tenido ningún problema a la hora de relegar al ostracismo a los jugadores que considera que no están preparados para ayudar al equipo. Y hay varias piezas del Real Madrid que se han tenido que conformar con un rol totalmente residual, como Andriy Lunin, quien sigue viviendo a la sombra de Thibaut Courtois, o Fran García. Pero hay un caso que es especialmente llamativo, por las expectativas que había con su progresión.
Porque Endrick estaba destinado a seguir el ejemplo de Rodrygo Goes o de Vinícius Júnior, sus compatriotas, y convertirse en la siguiente perla sudamericana que se afianzara en el Santiago Bernabéu. Florentino Pérez siguió el mismo ‘modus operandi’ que tuvo con ellos, e hizo caso a las recomendaciones de Juni Calafat, su descubridor, firmándolo por una gran cantidad de dinero, cuando tan solo era un adolescente y un desconocido.
Sus actuaciones en la Copinha y en las categorías inferiores de la selección ‘canarinha’ le sirvieron para que los mejores clubes del planeta se interesaran en su fichaje. Conjuntos de la magnitud del Barça, del Liverpool, del Bayern de Múnich o del Paris Saint-Germain se peleaban por el prometedor delantero, nacido en el año 2006, que en ese momento todavía era juvenil, y tenía 16 años. De hecho, ni siquiera se había estrenado en la élite.
Pero esto no fue un impedimento para que el Madrid decidiera desembolsar los más de 70 millones de euros que exigía el Palmeiras, para abrirle las puertas de salida. Una inversión astronómica, que claramente no ha dado el resultado deseado. Con Carlo Ancelotti tuvo minutos, y dejó detalles muy interesantes, marcando varios goles, y demostrando su facilidad para ver portería. No obstante, desde la llegada de Alonso, todo ha cambiado de forma radical.
Todavía no se ha estrenado a las órdenes del técnico vasco, y su situación es límite. Y Xabi no parece tener intención de dar oportunidades a Endrick, quien se ha visto superado por Gonzalo García en las rotaciones.
Alonso tiene apartado a Endrick
Ya son ocho partidos consecutivos con Endrick en el banquillo durante los 90 minutos. Y contra el Getafe, mostró públicamente su enfado, pegando una patada a una botella de agua.
Un comportamiento que fue recriminado por Alonso en privado, y que ha provocado que tenga decidido mantenerlo en la nevera, como han informado en Brasil. Su salida en enero es casi inevitable.