Rodrygo Goes conoce perfectamente el complicado momento que vive un compañero, con el cual tiene una fantástica relación. Porque, desde el primer día, intentó ayudar a Endrick en su adaptación al Real Madrid, ya que comparten muchas similitudes. Ambos llegaron siendo prácticamente unos desconocidos, después de que Florentino Pérez decidiera invertir mucho dinero en sus incorporaciones, cuando tan solo eran unos niños, y no habían cumplido los 18 años.

El ex del Santos sabe lo complicado que es abandonar tu país natal tan joven, y tener que demostrar desde el primer día que estás preparado para jugar y ser importante en uno de los clubes más exigentes del planeta. E hizo todo lo posible para facilitar a su compatriota que tuviera una aclimatación rápida al Santiago Bernabéu, dándole consejos y protegiéndole. Y su primera campaña se puede considerar que fue bastante positiva.

Endrick serio Real Madrid Europa Press
Endrick 

Aunque a nivel colectivo fue un desastre, el delantero nacido en el año 2006 dejó detalles de su increíble talento y su facilidad para ver portería, marcando muchos goles, y aprovechando los minutos que le dio Carlo Ancelotti. No obstante, evidentemente se tuvo que conformar con un rol totalmente secundario, por culpa de la increíble competencia que existe en la delantera, con Kylian Mbappé como referencia ofensiva, que es intocable.

Pero Endrick confiaba en poder asumir más responsabilidades en su segundo año en la capital española. Y después de heredar el dorsal ‘9’, creía que podía aprovechar la salida de ‘Carletto’ y la llegada de Xabi Alonso, y afianzarse como una pieza importante. Rodrygo también estaba convencido de que su compañero sería un fijo en las rotaciones, ya que él también necesitó esperar a su segunda campaña para tener más continuidad con el primer equipo.

Sin embargo, la realidad ha sido muy distinta. Las lesiones que ha sufrido no le han ayudado, y no solo ha tenido menos minutos, sino que todavía no se ha estrenado esta campaña.

Rodrygo vio llorar a Endrick después del partido contra el Getafe

Endrick se quedó nuevamente sin jugar en el choque contra el Getafe, pese a que su equipo necesitaba marcar un gol para lograr la victoria. Y cuando se enteró de que otra vez se quedaría en el banquillo los 90 minutos, mostró su enfado, y dio una patada a una botella de agua. Un gesto que fue castigado por Alonso.

Cuando sonó el pitido final, el prometedor ariete se marchó al vestuario, y no pudo contener las lágrimas. Y tuvo que ser consolado por compañeros como Rodrygo, según han informado desde Brasil.