El capitán de la selección armenia, Varazdat Haroyan, ha decidido aparcar el fútbol de manera indefinida con el fin de unirse al ejército de su país con motivo del conflicto que este mantiene con Azerbaiyán por el control de la zona del Alto Karabaj.
Haroyan tenía que convertirse en nuevo jugador de Larisa —equipo de la primera división griega— cuando Armenia lo llamó a sus filas. El central, que había rescindido su contrato con el Ural ruso, no se lo pensó dos veces y renunció a la nueva aventura profesional por puro patriotismo.
Para justificarse, el Larisa decidió dar a conocer los hechos a su afición a través de los mensajes del representante, quien explica que el aliado del Azerbaiyán en el conflicto armado es Turquía, adversario histórico de Grecia. Esperpéntico.
"Ahora mismo Haroyan no puede ir a Europa. Lo siento, pero son tiempos difíciles para Armenia, estamos luchando contra Turquía. No oficialmente, pero dan su poder y sus soldados a Azerbaiyán. Ni siquiera sabemos que hará mañana, es una gran guerra", reza el escrito.
Según apunta Larissa, el defensa, de 28 años de edad, ya se encuentra en el campo de batalla. Para que después digan que fútbol y política no pueden mezclarse.