El Chelsea todavía quiere más. Después de protagonizar uno de los mercados invernales más animados que se recuerdan, firmando a estrellas como Mykhaylo Mudryk, Joao Félix, Enzo Fernández, Noni Madueke, Benoit Badiashile o Malo Gusto, Todd Boehly sigue sin estar satisfecho. Porque los resultados no son los esperados, y no ha habido la reacción que todos esperaban. Eso ha provocado que piense en realizar más operaciones galácticas.

Y la parcela que desea mejorar es el centro del campo. Aunque no descuida la búsqueda de un goleador, que es una tarea pendiente, también quiere firmar a un crack que acabe con los problemas en la medular. Perdieron a Jorginho Frello, que firmó por el Arsenal, mientras que N’Golo Kanté sigue lesionado. Y Ruben Loftus-Cheek, Conor Gallagher, Mateo Kovacic y Denis Zakaria no convencen a Graham Potter. Así que tienen en mente un nuevo objetivo: Jude Bellingham.

Hace tiempo que controlan de cerca la situación del crack del Borussia Dortmund, al cual se enfrentaron hace unos días, en la ida de octavos de final de la Champions League. Y saben perfectamente que no será una subasta sencilla, por la presencia de otros interesados en la subasta como el Real Madrid, el Liverpool, el Manchester City o el Paris Saint-Germain. Pero en Stamford Bridge tienen un plan para llegar a un acuerdo por la vía rápida.

Quieren convencer a la directiva alemana poniendo 80 millones de euros sobre la mesa, y que otro futbolista forme parte de la operación, para reducir considerablemente el coste total. En este sentido, el elegido para ser utilizado como moneda de cambio es Christian Pulisic, que nunca ha podido cumplir con las expectativas que generó cuando aterrizó, siendo considerado como un magnífico sucesor para Eden Hazard.

De hecho, con Potter ha sido suplente habitual, y ha tenido que conformarse con ser suplente, y jugar únicamente entrando desde el banquillo.

Pulisic, ¿de vuelta al Signal Iduna Park?

Una curiosidad interesante es el hecho de que Pulisic llegara a la Premier League procedente del Signal Iduna Park. Fue otro descubrimiento de los ojeadores, que le conocieron cuando todavía jugaba en su país natal, en Estados Unidos, marchándose a la Bundesliga con tan solo 16 años.

Tuvo un crecimiento bestial hasta llegar al primer equipo, y eso le sirvió para que los ‘blues’ se fijaran en él, pagando 64 ‘kilos’ por su contratación en 2019.