Diego Simeone convive con la presión. Y le gusta. El Atlético de Madrid no ha ganado nunca la Liga de Campeones en los 113 años de historia del club y mañana vuelve a tener una oportunidad única para estrenarse. "Me encanta tener la historia en las espaldas", ha contestado el argentino al ser preguntado por la gran asignatura pendiente del Atlético. Los colchoneros vuelven a estar en una final dos años después. Y contra el mismo rival.

Simeone y los jugadores no se paran a pensar en segundas oportunidades ni revanchas. "Jugar una final es fantástico y ganarla, supremo", ha dicho el entrenador en la previa del partido más esperado. El técnico ha aprovechado la trascendencia del momento para sacar pecho con la filosofía del Atlético. "Se trabaja en consecuencia para seguir mejorando, siempre. Mejorar, insistir y, como todo a la vida, quien insiste, a la larga, hace que las cosas aparezcan", ha dicho el técnico que ha querido destacar las casualidades: "Lo mejor que ha tenido este grupo es insistir, volver a prepararse, levantarse, volver a trabajar, reinventarse...".

Simeone se ha mostrado respetuoso con los que critican el juego de los colchoneros alegando que "el fútbol es maravilloso porque, como la política y la religión, permite opinar a todo el mundo". El líder de este Atlético prevé un partido "muy intenso y equilibrado de entrada", en parte por la figura de Casemiro. "Su presencia le da la virtud del equilibrio en el Madrid y le permite tener fortaleza ofensiva. Para su equilibrio, es el mejor jugador", ha sentenciado el técnico sobre el mediocampista brasileño.

El objetivo del argentino es no dejar pensar a los blancos y en concreto, a su delantera. "Posiblemente, durante el partido se presentarán diferentes situaciones pero está claro que con espacios son muy peligrosos", ha comentado el técnico que le tiene tomada la medida al Madrid y, el último precedente, en el Santiago Bernabéu es un ejemplo (0-1).