Este sábado el Barça afronta la primera parada en una serie de partidos que decidirán las aspiraciones del equipo en la Liga y a la Copa del Rey. Sánchez Pizjuán, este sábado en la 25ª jornada de Liga y Santiago Bernabéu, el día 27 en las semifinales de la Copa, son las dos primeras paradas de un viaje que acabará el día 2 de marzo, también en el Bernabéu, en un nuevo Clásico de máxima tensión.
La llegada del tourmalet, sin embargo, no intimida al mejor futbolista de la historia. Leo Messi sonríe porque empieza su semana mágica, y es que Sevilla y Real Madrid son dos de las víctimas preferidas del argentino. En concreto, Messi ha marcado 33 goles en 36 partidos al Sevilla y 26 en 39 al Real Madrid, hecho que lo sitúa como máximo goleador de la historia de los Clásicos.
El Sevilla, víctima predilecta
El Sevilla es la víctima que más ha sufrido la fiabilidad goleadora de Leo Messi. Durante 13 años, los andaluces han recibido 33 goles del argentino, en una tortura que empezó el 2006, cuando Messi sentenció un partido que el Barça ya ganaba gracias a dos dianas de Ronaldinho. Desde entonces, 32 goles más hasta llegar al 30 de enero de este 2019, cuándo Messi certificó la remontada del Barça en los cuartos de final de la Copa del Rey contra los hombres de Pablo Machín con un rotundo 6 a 1.
El Sánchez Pizjuán también es un escenario propicio para que el capitán blaugrana moje. En el Nervión ha marcado 9 goles. El último, la temporada pasada para anotar el 2 en 2 y salvar un punto en el último minuto de partido.
EFE
El Bernabéu, el jardín de Messi
Si hay un estadio donde Messi se siente como casa este es el Santiago Bernabéu. De los 26 goles que el argentino ha marcado contra el Real Madrid, 15 han sido en el feudo blanco. La primera diana del 10 tuvo lugar en el 2009, en el 2 a 6 mágico que el Barça de Pep Guardiola propinó al Madrid. Aquella noche, además, marcaría otro gol. Desde entonces la sangría en Chamartín no se ha detenido. Doblete en las semifinales de la Champions League, hat-trick en la temporada 2014/15... Messi ha alcanzado casi todos los retos posibles en el estadio blanco, pero hay uno que todavía tiene pendiente: marcar un gol en partido de Copa.
La pesadilla para el Madrid continúa: su bestia negra vuelve al Bernabéu y esta vez lo hace por partida doble.