El partido ultraderechista Vox anunció este miércoles el fichaje de Sergio Sánchez para su formación en León. Sánchez es un exatleta que en el 2013 fue sancionado después de doparse con EPO —una hormona para correr más y desgastarse menos— en una prueba de los 5.000 metros del Campeonato de España.

Un año después, el nuevo fichaje de Vox fue imputado por la operación Jimbo, en la que se lo acusaba de tráfico de sustancias dopantes. Su historial, sin embargo, no acaba aquí. En el 2017, Sánchez volvió a ser denunciado, en este caso por su mujer por un supuesto episodio de violencia machista. De este último delito fue absuelto.

Como no podía ser de otra manera, Sánchez también tiene un episodio de xenofobia en su historial. El año 2011, el atleta aseguró que "le metería una tortazo con la medalla en la cara" al secretario del Estado para el Deporte, entonces Jaime Lissavetzky, porque este había recibido al atleta de origen etíope Alemayehu Bezabeh "como un héroe", mientras que a él "no lo recibió nadie porque no se había nacionalizado en tres meses".

En su carta de presentación, Vox asegura que el exatleta "está convencido de que el partido es la alternativa real". Olvida mencionar todos sus incidentes fuera de la pista.