El FC Barcelona cerró este verano uno de los fichajes más ilusionantes de futuro con la incorporación de Roony Bardghji, una de las perlas más prometedoras del fútbol europeo. El joven atacante sueco, de apenas 19 años, llegó procedente del Copenhague a cambio de 2 millones de euros, una cifra asumible para el club culé dada la proyección del futbolista. Sin embargo, apenas unas semanas después de su llegada, la situación del jugador ya empieza a generar debate en el entorno azulgrana.
Una pretemporada de ensueño
Bardghji ha sido una de las sensaciones de la pretemporada. Con su desparpajo, visión de juego y capacidad para desequilibrar, ha dejado muy buenas impresiones tanto en los entrenamientos como en los partidos amistosos. Su talento no ha pasado desapercibido para Hansi Flick, que ha destacado su valentía con el balón en los pies y su capacidad para adaptarse rápidamente a la exigencia del fútbol de élite.

Sin embargo, su rendimiento no asegura automáticamente un lugar en el primer equipo. El Barça todavía no ha podido inscribirle en LaLiga debido a las restricciones del fair play financiero y a la necesidad de cuadrar cuentas antes de registrar a los nuevos fichajes. Esta situación mantiene en el aire cuál será su rol inmediato dentro de la plantilla.
La encrucijada: primer equipo o Barça Atlètic
El Barça había contemplado inicialmente la posibilidad de que Bardghji jugara con el Barça Atlètic, en Segunda Federación, mientras se resolvía su situación con la primera plantilla. Sin embargo, el futbolista ha sido claro en su postura: no quiere jugar con el filial. Bardghji entiende que dar un paso atrás en una categoría tan alejada del primer nivel no le beneficiaría ni en su desarrollo ni en su carrera, especialmente después de haber competido en la Champions League con el Copenhague y haberse enfrentado a equipos de primer nivel europeo.
El sueco, ambicioso y consciente de su talento, considera que debe estar en dinámica del primer equipo desde el primer momento. Quiere entrenar y competir al máximo nivel, aunque ello suponga disputar menos minutos al principio.

El Barça, entre la presión y la paciencia
En el club valoran mucho su potencial, pero también entienden que no pueden saltarse pasos. Flick, aunque encantado con lo que ha visto de Bardghji, prefiere no precipitarse. Sabe que la adaptación a un gigante como el Barça exige tiempo y que la presión sobre un jugador tan joven puede ser contraproducente.
Aun así, el hecho de que Bardghji rechace la opción del Barça Atlètic podría forzar una solución intermedia: mantenerle inscrito en el primer equipo en cuanto haya margen económico, aunque con un rol secundario en la plantilla.
La situación de Roony Bardghji refleja la dificultad que vive el Barça entre su apuesta por el talento joven y las limitaciones económicas que arrastra. El sueco ha llegado con hambre y personalidad, y no quiere perder tiempo en categorías inferiores. Ahora la pelota está en el tejado del club, que deberá decidir cómo gestionar a uno de sus fichajes más prometedores de cara al futuro inmediato.