El Real Madrid ha ganado un partido fácil y sin ningún tipo de peligro. El Legia de Varsovia, un equipo fundado durante la Primera Guerra Mundial y posteriormente convertido en el equipo del ejército polaco, no ha hecho honor a sus orígenes. El Legia no ha combatido como se habría esperado y en las primeras de cambio ya ha dejado el partido a un lado en una Champions League muy complicada.

Gareth Bale ha sido el primero en marcar sólo con dieciséis minutos de juego. Cuando Cristiano o Benzema no brillan, el papel de protagonista lo coge el galés. Bale es un jugador potente, rápido y efectivo. En la primera gran jugada de los blancos ha conseguido hacer el gol más esperado del Santiago Bernabéu y que ha dejado fuera de juego a los polacos.

Con Bale, el protagonismo lo ha cogido también Marco Asensio. El joven centrocampista blanco ha hecho de organizador y desatascador. Sin Modric, lesionado, la emergencia del mallorquín ha sido indispensable. Ha marcado el tercer gol después de que el Legia hubiera hecho dos goles: uno en propia portería y el otro gracias a un penalti de Danilo. Lucas Vázquez y Morata han acabado el trabajo.

Falta de intenciones blancas

A pesar de la buena goleada de los de Zinedine Zidane, el Madrid no ha estado tan bien como el resultado explica. En ataque han sido demoledores, sí, pero en defensa el drama empieza a llegar a niveles inesperados. Ni el madridista más optimista se cree que un equipo que es treceavo en la liga de Polonia llegue con facilidad a la portería de Keylor. No se entiende tampoco como un equipo que no está haciendo una buena temporada, pueda llegar con una larga posesión al área de Keylor Navas después de arrinconar detrás al Madrid.

No hay manera de mejorar. Zidane todavía ha tenido suerte esta temporada de no haber jugado todavía contra un grande de Europa. El Madrid más gris en defensa ha vuelto a aparecer, sin visiones de mejora y con carencias de un nivel inapropiado para un campeón europeo.

Buenas intenciones polacas

El equipo es bueno, pero el nivel del Madrid está a años luz del Legia de Varsovia. El equipo entrenado por Jacek Magiera ha intentado asociarse, salir con pelota controlada y sorprender a la contra. En algunas fases de partido ha hecho un juego que ha puesto a las dudas de los blancos, pero un penalti y nada más.

La falta de decisión en los últimos metros ha acabado perjudicando a los polacos. Cuando han tenido la ocasión de adelantarse, la han desperdiciado. Cuando han podido poner presión al Madrid, tampoco han sabido resolver. El Legia ha sido un equipo con buenas intenciones, pero sin efectividad.

Desesperación de Crisitano

El Madrid ha llegado con facilidad al área rival. Cinco goles. Bale, Asensio, Lucas Vázquez, Morata y uno en propia portería del rival. Cuando ha tocado, se ha marcado. El Madrid es un gran equipo atacando y uno de los mejores al contragolpe.

Han entrado en la segunda mitad Lucas y Morata, y han marcado. Cristiano Ronaldo se ha desesperado. Ha tenido ocasiones y faltas propicias, pero su trabajo ha sido el de asistente. Dos pasadas de gol y muchos intentos individuales.

Ronaldo no ha podido resolver ninguna ocasión. Ha tenido algunas claras y otras de menos, pero su manera de jugar y enfadarse le ha hecho destacar con su cara más desagradable. Quejas, patadas y malas caras. No ha sido el día de Cristiano, pero el Madrid ha sumado tres puntos y sigue liderando el Grupo F acompañado del Borussia de Dortmund.

Sin sorpresas

En el resto de partidos ha habido igualdad total. En todos ellos o se ha empatado, o las victorias han sido por sólo un gol de diferencia. Sevilla, Juventus, Dortmund, Oporto y un sorprendente Leicester se han impuesto por un gol. El resto de resultados han sido empates.