El comienzo de Marcus Rashford en el FC Barcelona ha sido, en líneas generales, positivo. El delantero inglés, en 14 partidos, ha aportado seis goles, siete asistencias y desequilibrio en ataque, convirtiéndose en una de las piezas más activas del conjunto de Hansi Flick durante los primeros meses de competición. Sus cifras, con varios tantos y un puñado de pases decisivos, reflejan compromiso y rendimiento. Sin embargo, su continuidad en el once titular está lejos de estar asegurada.
El motivo no es una discusión interna ni un conflicto personal, sino la competencia directa con un futbolista que es considerado un peso pesado dentro del vestuario: Raphinha. El brasileño, que se encuentra en la recta final de su recuperación, apunta a recuperar pronto la titularidad en el extremo derecho, una posición que Rashford ha ocupado de forma interina durante su ausencia.

El regreso de Raphinha manda a Rashford al banquillo
El técnico alemán ha valorado la entrega del inglés, pero también es consciente de que el equilibrio del equipo pasa por recuperar la estructura que mejor conoce. Raphinha es un jugador más acostumbrado al sistema de presión alta, aporta una mayor implicación defensiva y entiende con naturalidad los automatismos que Flick quiere imponer. Por eso, cuando el brasileño vuelva a estar en condiciones óptimas, la realidad es que Rashford perderá espacio en el once.
Rashford ha intentado adaptarse al estilo del Barça. Su capacidad para atacar los espacios y su potencia en carrera son recursos valiosos, pero no siempre encajan en un equipo que prioriza la posesión y la recuperación inmediata del balón tras pérdida. Flick le ha pedido más disciplina táctica y una participación más constante sin balón, un aspecto que el futbolista inglés todavía está aprendiendo a dominar.
Por ahora, el cuerpo técnico confía en su progresión, pero es evidente que la llegada de Raphinha a su mejor nivel condicionará su protagonismo. El brasileño, además, cuenta con la confianza del vestuario y con un historial de buenas actuaciones en los partidos grandes, lo que le da ventaja en la rotación.

La progresión de Rashford es buena, pero necesita mejorar algunas facetas
Desde el club se insiste en que Rashford tiene margen para evolucionar y que la competencia es parte natural del proceso. No obstante, las sensaciones son que, cuando Raphinha esté al cien por cien, será difícil justificar la suplencia del brasileño. En ese escenario, el papel de Rashford podría pasar a ser el de revulsivo o alternativa puntual, especialmente en los partidos más físicos o con espacios abiertos.
El inglés es consciente de la situación y, según fuentes internas, trabaja con intensidad para no perder el ritmo. Sabe que su adaptación completa al estilo Barça marcará su futuro inmediato. Por ahora, Flick valora su actitud y su profesionalidad, pero la realidad deportiva es inapelable: el regreso de Raphinha supone una amenaza directa para su sitio.