Marcus Rashford lo tiene claro: quiere jugar en el FC Barcelona. A pesar de contar con ofertas económicamente muy superiores de Arabia Saudí y del interés concreto de la Juventus, el delantero inglés ha decidido rechazarlas porque su prioridad absoluta es recalar en el Camp Nou y compartir ataque con Lamine Yamal, la gran joya de la cantera azulgrana.
Fuentes próximas al jugador confirman que Rashford se siente motivado por la idea de formar parte del nuevo proyecto de Hansi Flick, y especialmente por coincidir en el campo con Lamine, a quien admira. Ambos han coincidido en algún acto publicitario y mantienen contacto por redes sociales. La posibilidad de formar pareja ofensiva con el joven extremo catalán le ilusiona más que cualquier otro destino, incluido uno en el que podría ganar tres o cuatro veces más.

El Barça, firme en su postura
El gran problema, sin embargo, sigue siendo la negociación con el Manchester United. El club de Old Trafford quiere vender al jugador y ha fijado un precio de salida de casi 50 millones de euros, una cantidad inasumible para el Barça en su actual contexto económico. Desde la dirección deportiva que lidera Deco, la postura no ha cambiado: el Barça solo contempla una cesión con una posible opción de compra no obligatoria.
El United, por su parte, no quiere oír hablar de cesiones, salvo que estas incluyan una cláusula de compra obligatoria por una cifra próxima a los 40-45 millones, algo que desde Can Barça consideran excesivo para un jugador cuyo rendimiento ha sido irregular en los últimos tiempos.
Rashford, dispuesto a esperar
Pese a las dificultades, Rashford no pierde la fe en que el acuerdo pueda cerrarse en las próximas semanas. Está dispuesto a esperar hasta el final del mercado si es necesario. La pretemporada del Manchester United arranca pronto, pero el jugador ya ha comunicado al club que, si no es para jugar con continuidad, prefiere un cambio de aires. Y el Barça es el único destino que le seduce realmente.

El tiempo, a favor del Barça
En el Camp Nou no tienen prisa. Conocen la voluntad del jugador y confían en que, si pasan las semanas y el United no recibe ofertas por la venta, termine aceptando una cesión como mal menor. Es una estrategia que ya ha funcionado en otras operaciones recientes.
Lo que está claro es que Rashford ha movido ficha: ha dejado pasar oportunidades de oro para esperar al Barça. Ahora le toca a Deco encontrar la fórmula para que ese deseo se convierta en realidad.