El FC Barcelona atraviesa un momento delicado. Las dos derrotas consecutivas ante el PSG y el Sevilla han encendido las alarmas en el vestuario y en los despachos. El equipo de Hansi Flick ha mostrado síntomas preocupantes: falta de intensidad, problemas tácticos y un bajón físico evidente en la segunda parte de los partidos. El técnico alemán, exigente como pocos, no ha tardado en buscar soluciones inmediatas.
Entre los posibles ajustes que se barajan, uno de los más sonados tiene nombre propio: Marcus Rashford. El delantero inglés, que llegó al Barça con la misión de aportar velocidad y gol, ha pedido al entrenador un cambio de rol. Quiere jugar como delantero centro, en la posición de ‘9’ puro, y no pegado a la banda como hasta ahora. Considera que puede rendir más cerca del área, aprovechando su potencia, su capacidad de ruptura y su buena definición.
Rashford quiere jugar en el centro
Fuentes cercanas al vestuario aseguran que Rashford ha hablado directamente con Flick. Le ha transmitido que se siente más cómodo atacando los espacios que recibiendo de espaldas o defendiendo en la banda. Una conversación que el técnico ha recibido con respeto, ya que comparte parte del diagnóstico. De hecho, Flick lleva tiempo pensando en un cambio en la delantera, consciente de que el equipo ha perdido mordiente arriba.
Sin embargo, para que este movimiento se haga realidad, el entrenador necesita recuperar a varias piezas clave. En su esquema ideal, Rashford ocuparía la punta del ataque, con Raphinha en el extremo izquierdo, Lamine Yamal en la derecha y Fermín López como mediapunta. Pero todos ellos arrastran problemas físicos. Si bien podrían reaparecer ante el Girona el próximo 18 de octubre, no está garantizado que puedan ser titulares.
El partido contra el Olympiacos como campo de pruebas
Por eso, Flick podría guardar el nuevo dibujo ofensivo para el siguiente compromiso europeo. El Barça se enfrentará al Olympiacos en la Champions League el miércoles 21, y ese duelo podría servir de ensayo general antes del Clásico frente al Real Madrid el día 26 en el Santiago Bernabéu. El alemán quiere llegar a ese partido con el equipo reconocible, agresivo y eficaz, como el que deslumbró la pasada temporada.
El técnico ha detectado que el problema empieza desde la primera línea de presión. El equipo no muerde arriba como antes, y eso descompone todo el sistema. Flick quiere que el Barça recupere su identidad, con presión alta, velocidad en ataque y líneas compactas. La presencia de Rashford como referencia ofensiva cobra aún más sentido: recuperaría la presión en las bandas que ha faltado en los últimos partidos.
En la ecuación, no obstante, no debemos olvidar a Ferran Torres ni a Robert Lewandowski. Si Rashford acaba siendo una opción para el centro del ataque, tendrá que pelear por el puesto con los dos otros dos cracks. Aunque también es consciente de que será más fácil desbancarlos que al tiburón o al polaco. En cualquier caso, la comperencia será buena para el conjunto.