El españolismo abandona antes de tiempo el Barcelona Open Banc Sabadell y se queda en casa. Sin Rafa Nadal en la final, no ha habido aquel sentimiento de unidad en la pista central del Real Club de Tenis de Barcelona.

El jugador de casa, formado en las pistas barcelonesas e insignia de este torneo después de ser el rey con once trofeos, Rafa Nadal, cayó en las semifinales. Dominic Thiem, flameante ganador y estrenándose sobre la tierra batida catalana al superar a Daniil Medvédev, no ha tenido rival en una final sencilla.

Este hecho ha provocado que desaparecieran las rojigualdas que acostumbran a acompañar a Nadal desde la grada. Dos irónicos "¡vamos, Rafa!" y poco más con referencias hacia el tenista de Manacor. Una sensación extraña porque ya en los partidos de segunda ronda, de octavos, de cuartos y en la semifinal la grada se llenó de banderas españolas.

Rafa Nadal Open Banco Sabadell EFE

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Y ya hacía tres años consecutivos que la pista central del RCTB se llenaba de fans de Nadal con camisa, sombrero y bandera española. Pero después de l'adeu prematuro del manacorense, el soufflé se ha desinflado. Y este poco interés desde la grada para vivir una final sin Nadal, ni tampoco con el japonés Kei Nishikori, dos veces ganador en Barcelona, se ha traducido con los inusuales asientos vacíos en la grada.

Eso sí, el buen tenis de Medvédev en los primeros juegos y la apisonadora de Thiem en el resto de partido ha dejado la final vista por sentencia por la vía rápida. Nadie ha sufrido en exceso porque no estuviera el manacorense. Una hora y trece minutos de tenis agresivo de Thiem que por lo menos ha compensado la descafeinada final. No han estado presentes ni el hijo pródigo ni la marca España.