El juzgado de primera instancia e instrucción número 4 de Majadahonda ha informado esta mañana de que llevaría a cabo varias actuaciones en diferentes provincias de la geografía española en las cuales se procedería a la entrada y registro en 11 domicilios. Uno de estos era el del despacho de Tomás González Cueto, considerado el cerebro jurídico de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), mano derecha del expresidente Luis Rubiales, y, según apuntan fuentes conocedoras de la investigación, es el ideólogo del contrato que Rubiales, en representación de la Federación, y Gerard Piqué, propietario de la empresa Kosmos, firmaron para la intermediación que hizo el exfutbolista del Barça para llevar la Supercopa a Arabia Saudí.

Cargos y condecoraciones

Pocas personas conocen el derecho deportivo como este abogado, socio-director de su propio despacho, GC Legal, que tiene un currículum brillante y repleto de méritos, según su ficha de Linkedin. Abogado del Estado desde 1987 (ejerció ante el Tribunal Supremo entre el 2002 y el 2006), ha sido coordinador de la comisión jurídica del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), vicepresidente primero del Tribunal Español de Arbitraje Deportivo (TEAD) y de la Comisión de Arbitraje del Comité Olímpico Español, miembro del consejo asesor de la Asociación Española de Fundaciones, miembro del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) y miembro de la comisión jurídica de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), y también fue presidente de la junta de garantías electorales del Consejo Superior de Deportes (CSD), entre otros cargos. Estuvo en la comisión de arbitraje del Comité Olímpico Español (COE), donde conoció a Andreu Camps, secretario general de la RFEF con Rubiales y otro hombre de máxima confianza del expresidente de la Federación. González Cueto empezó a colaborar con el organismo federativo de manera externa el año 2018 y se convirtió en el brazo jurídico de Rubiales. En el ámbito interno, quien figura como director jurídico de la RFEF es Pedro González Segura, que también ha sido detenido en el marco de la operación que se ha hecho este miércoles.

Un gato viejo que se las sabe todas

Todo el mundo que conoce a González Cueto destaca que es un hombre que se las sabe todas. Es un gato viejo, "el zorro blanco del rubialismo", como lo bautizaron en el ABC. Maquiavélico, inteligente, brillante, diplomático, agradable pero frío, este abogado nacido en León y establecido en Madrid se licenció en Derecho en la Universidad de León en 1984 y obtuvo el máster en Derecho Comunitario Europeo en la Universidad Carlos III de Madrid (1992). "Colegiado como abogado desde hace más de 30 años, acumula una amplia experiencia en el asesoramiento y la defensa de todo tipo de entidades públicas y privadas, tanto administraciones o colegios profesionales, como sociedades mercantiles, fundaciones y asociaciones", explican en la página web de su despacho, GC Legal, donde también se destacan las condecoraciones que le han sido concedidas, y que no son pocas: Orden del Mérito Civil (2000), Encomienda de número de la Orden de Isabel la Católica (2002), la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort (2002), la Cruz al Mérito al Servicio de la Abogacía (otorgada por el pleno del Consejo General de la Abogacía Española, diciembre de 2008) y la Medalla de Plata al Mérito Deportivo (2011).

Contra los enemigos del 'régimen' Rubiales

Pero González Cueto también destaca por su instinto de supervivencia. Quizás es que sabe demasiadas cosas, pero el caso es que el abogado continuó vinculado a la RFEF después de caer Rubiales por el caso del acoso a Jennifer Hermoso en la final del Mundial femenino, y ha seguido trabajando por la Federación, bajo la presidencia interina de Pedro Rocha. Mientras iban rodando las cabezas de los colaboradores más próximos a Rubiales, como Andreu Camps (secretario general), Pablo García Cuervo (director de comunicación), Miguel García Caba (director de integridad) y Jorge Vilda (seleccionador femenino), González Cueto se mantenía intocable. Sus detractores, que tiene, y muchos, aseguran que "ha lanzado por la borda todo su prestigio dentro del gremio", según recogía un testigo anónimo en Onda Cero. "Sempre tuvo a Rubiales en sus manos. Le ha manejado", apuntaban varias voces que han vivido desde dentro de esta etapa de la RFEF, explicaba la cadena.

Otro de los hechos que se le retraen es el de actuar "de agente doble" y de promover el envío de burofaxes a los medios de comunicación para pedir rectificaciones, además de las demandas y querellas que ha instigado contra periodistas, medios de comunicación o entidades que se consideraban enemigos del régimen de Rubiales. Su mano también movió los hilos dentro del entramado de la estructura de la federación, poniendo a gente de su máxima confianza en puestos claves, incluso a su hija, que el año 2020 se incorporó al departamento jurídico de la RFEF, y posteriormente fue nombrada delegada de partidos oficiales de competiciones de la UEFA.