Aunque no se dijera abiertamente, es una realidad que Leo Messi tenía mucho poder en el FC Barcelona. Algunos jugadores siguieron o enfilaron la rampa de salida en función del feeling que tenían con el delantero de Rosario. Una cara oculta que también están viendo en el Paris Saint-Germain.
Fueron unos cuantos jugadores los que sufrieron el poder que Messi tenía en el vestuario del Barça. Al '10' no le hacían falta demasiadas palabras para dejar claro que alguno de sus compañeros no era de su agrado. Había suficiente con algún gesto. Y no solo compañeros de equipo. Algún que otro entrenador también supo de la supremacía del argentino en el club catalán. Y más de uno se fue por la puerta de atrás.
El poder de Messi en el FC Barcelona
Del mismo modo, otros futbolistas aguantaron en el club por ser de su misma cuerda. El feeling ha sido clave en la convivencia con el de Rosario desde que entró a formar parte del primer equipo.

Un poder, por otro lado, que se ganó a base de trabajo, sacrificio y títulos ganados. No s ele pueden negar los galones. Pero que en ocasiones influyó demasiado en el devenir de algunos miembros del equipo y del staff técnico. Una cara oculta que ahora también están viendo en el Paris Saint-Germain. Y es que incluso ha conseguido ningunear a Kylian Mbappé.
Cuando Kylian firmó su renovación con el PSG el pasado mes de junio, puso una serie de exigencias sobre la mesa de los responsables que estos aceptaron sin dudar. Querían retener a la estrella francesa como fuera. En otras palabras, quería el poder que había tenido Messi en el Barça, a pesar de que su palmarés no tuviera nada que ver. Y entre sus peticiones estaba la salida de Neymar. Porque Mbappé quería menos gallos en el gallinero.
La cara oculta de Messi sale a relucir en el PSG
Pero en cuanto Ney lo supo renovó automáticamente, ejecutando la cláusula de su contrato que le permitía ampliarlo de forma unilateral. Y ahora Mbappé se ha encontrado lidiando con la alianza que el brasileño tiene con Messi y la protección que este ejerce sobre el carioca. Una dupla que tiene a Mbappé aislado y siendo víctima de un vacío en el vestuario.
Aunque pàra ser justos, el dominio de Messi en el vestuario del PSG y problema de Mbappé no cosa de Leo, sino que el palmarés del argentino le otorga poder directo, mientras que el francés lo ha tenido que pedir. Y eso no ha gustado nada a sus compañeros. Porque como dijo Sergio Ramos cuando Florentino Pérez quiso fichar a Antonio Conte como entrenador del Real Madrid, el respeto se gana, no se impone.