El Barça tiene la primera bola de campeonato. El equipo, después de la victoria del Real Madrid contra el Leganés, depende de él mismo para convertirse en el nuevo campeón de Liga. Los blaugrana visitan Riazor (20.45 horas / Movistar Partidazo) sabiendo que todo lo que no sea una derrota contra el Deportivo de la Coruña tiene premio. Y lo hacen con un Andrés Iniesta que vivirá el primer partido después de hacer público, entre lágrimas, que esta es su última temporada.

La luz al final del túnel

La final de la Copa del Rey levantó los ánimos que la eliminación de la Champions había hundido. La afición culé pasó de la decepción más absoluta a la alegría por uno de los mejores partidos de su equipo. Ahora, el Barça se vuelve a atar las botas para poner punto y final a una travesía que empezó el 20 de agosto. Ocho meses después de aquella primera jornada contra el Betis, los blaugrana tienen la oportunidad de levantar la Liga.

El título acabará cayendo por su propio peso. El equipo tiene margen suficiente como para escoger cuando y donde quiere recuperar el trono del fútbol español, pero el vestuario, con Ernesto Valverde a la cabeza, quiere conseguirlo lo antes posible. El entrenador se lleva a toda la plantilla a Galicia para celebrar una Liga que parecía imposible cuando los equipos estaban ordenados por orden alfabético y no por puntos.

La Supercopa de España contra el Real Madrid tiñó de negro la temporada de un Barça que acabaría encontrando la regularidad gracias a una competición que le exigía cada fin de semana. Poco a poco, los de Valverde recuperaron las sensaciones a medida que ampliaban las diferencias con los perseguidores. Y todo eso hasta hoy, 28 de abril.

El Barça afronta los últimos cinco partidos con el reto de acabar la temporada invicto, un registro que supondría la guinda al octavo doblete de la historia del club.

Pasillo a Iniesta

El Deportivo, virtualmente descendido, recibirá al Barça con un pasillo por el título de Copa. Un homenaje que sería verosímil, como dice Valverde, para dar las gracias a 16 temporadas de fútbol de Andrés Iniesta. El capitán da un paso al lado a los 33 años para ser "honesto" con el club que lo ha visto crecer, llorar y triunfar.

En una noche de emociones, Iniesta volverá a ser el timón y el capitán de un Barça resignado a mirar la final de la Champions por la televisión. La gran mancha en el currículum de un año de transición después de la etapa de Luis Enrique. Sergi Roberto es el único condicionante de un once sin muchos secretos. Ter Stegen volverá a ocupar la portería, Nélson Semedeo hará de lateral derecho y Philippe Coutinho será el tercer delantero o cuarto mediocampista.

Los gallegos necesitan ganar esta noche para seguir alimentando el sueño, casi utópico, de la salvación. Todo lo que no sea sumar los tres puntos supondría un nuevo revés para una afición que cada día siente más nostalgia del pasado. Clarence Seedorf, entrenador del Deportivo en los últimos 12 partidos, no ha podido obrar el milagro. Las Palmas y Málaga ya esperan en el ascensor para bajar a Segunda División.